Semántica

Pedro Sánchez durante una ponencia ante el Pleno. Efe

Una de las ventajas de nuestra lengua es su inmensa riqueza. Si quieres expresar una idea o mensaje existen un número casi ilimitado de maneras de hacerlo. Existe incluso la posibilidad de informar desinformando y hasta de criticar con halagos, las combinaciones son infinitas.

Las palabras, y muy especialmente los titulares de prensa, pueden crear corrientes de opinión. La interpretación de la realidad que la prensa realiza, a través de cualquier medio,  puede hacer que verdades universales pasen a ser mentiras categóricas y viceversa.

La entrada de Sánchez en la Moncloa, de esa forma jurídicamente viable pero manifiestamente inmoral en mi opinión, ha supuesto giros semánticos muy curiosos en medios tradicionalmente afines a la ideología de este partido. El primer dato curioso lo encontramos en la televisión pública: hemos pasado del más absoluto desprecio a la figura del ahora Presidente del Gobierno, al “NO-DO” por el que los informativos dedican spots publicitarios para ensalzar la figura del antaño olvidado Pedro Sánchez prácticamente sin pretexto. 

Otros diarios, como ya dije de marcada tendencia editorial afín al progresismo del PSOE, cambian de rumbo y pasan de unas críticas feroces al gobierno a halagos a las calcadas políticas del nuevo gobierno. En titulares es incluso más llamativo. Tanto es así que, sólo cambiando cientos de puestos de “designación digital” y manteniendo las políticas y presupuestos del anterior gobierno, las reivindicaciones que amenazaban la paz social del país han desaparecido, (llamativo es el caso de los jubilados, que protagonizaban apoteósicas manifestaciones y desaparecieron). 

La polarización política de los medios obedece sin duda a la última y más cobarde tentativa de mantenimiento de un bipartidismo como sistema cíclico de alternativismo gubernamental entre dos partidos. La política tradicional ha cambiado en España, de ahí esta lucha sin cuartel para blindar el bipartidismo.

Si la sociedad es consciente de este acuerdo de voluntades tendrá la capacidad de usar su participación en la democracia para no caer en estos juegos de manos entre quienes han demostrado sobradamente sus incapacidades en la gestión.