Imbuidos en las fiestas de Diciembre. Luces, villancicos y consumo. Muchos asociamos la Navidad al derroche desenfrenado. Sin embargo, reluce estos días una cara solidaria de la gente que refleja lo mejor de la sociedad española. ¿Somos solidarios los españoles? Según un estudio realizado por una ONG española, definimos de diversas maneras la acción solidaria: ayudar a cubrir carencias básicas, demostrar compromiso con el mundo en el que vivimos, hacer algo para no quedarnos de brazos cruzados, colaborar en la medida de nuestras posibilidades, dejarse guiar por lo que a cada uno le dicta su conciencia, sentir la satisfacción de ayudar a quienes les va peor que a nosotros.
Miguel, que tiene 8 nietos, es socio de una ONG desde hace 30 años y no duda en afirmar que “los españoles somos muy solidarios”. O Marta, que reconoce que puede “ser más solidaria porque solo doy lo que no me afecta”, a lo que Nicolás -jubilado y padre de un hijo de 40 años- asiente y añade: “donar lo que vamos a tirar no es donar”. Por su parte, Ricardo -licenciado en Derecho y ya jubilado- asegura que “damos lo que nos es más cómodo” y que “ser solidario es ponerte en la situación de los demás”.
Lo cierto es que en situaciones de emergencia, solemos ser los más solidarios. Basta poner el foco entre el ruido de las noticias que nos dan los medios para verlo: desde los sacrificados que rescaten a inmigrantes en el Mediterráneo hasta los que le piden una colaboración o donativo a pie de calle; pasando por los voluntarios en los bancos de alimentos que estos días trabajan a pleno rendimiento. Tampoco son sólo hechos puntuales, tal y como señalaba hace poco un destacado columnista, también somos líderes mundiales en donaciones de órganos y trasplantes, gracias a las cuales se salvan 80 vidas cada día en nuestro país.
Hace ya algunos años. Allá por el tardofranquismo, el gran referente periodístico de la época Alberto Oliveras conducía en la gran emisora Cadena SER un programa pionero de solidaridad titulado: “Ustedes son formidables”. Unido a Oliveras trabajaría quien después y al mismo tiempo se convertiría en un referente de solidaridad mundial, pionero también en el mundo de las ONGS y la cooperación mundial.
Me refiero al misionero Vicente Ferrer, premio Príncipe de Asturias y tantas cosas más. Las casualidades de la vida me llevaron a que los pudiera conocer, al menos dos encuentros, en persona. Oliveras, ya fallecido al igual que Ferrer, me rubricó la biografía de este último con el título de su programa: “Para un muchacho formidable”. Pues eso, brindamos en estas fechas por todas las personas solidarias de corazón y acción: ustedes son formidables. Feliz Navidad.