Vox promete que en caso de gobernar, centralizaría el estado y bajaría los impuestos.
Existe la creencia de que el actual Estado de las autonomías es la base de todos nuestros males, porque genera un desequilibrio presupuestario y genera conflictos con los independentistas.
España es uno de los países más descentralizados del mundo, por lo que la gestión es más próxima al ciudadano, por lo que sí es un país liberal, en cambio, la centralización del Estado, se alejará del liberalismo y de los problemas cotidianos de la ciudadanía.
Vox dice que la centralización eliminará duplicidades y el gasto público, bien, un país como Portugal que es centralizado, tiene más gasto que la España autonómica, y una España con una administración centralizada, tendría los mismos funcionarios, simplemente, desaparecería el órgano intermedio que es la autonomía.
Los países descentralizados funcionan mejor, por ejemplo, los Estados Unidos de América, entre otros.
Respecto al concierto económico vasco y el cupo vasco, que es la gestión de los propios recursos económicos en cualquier situación económica, sin recibir nada del Estado, en las competencias otorgadas al País Vasco, queda demostrado que éste método sería el adecuado para todas las autonomías, que se verían debidamente financiadas.
La centralización del Estado, es una medida antiliberal, precisamente lo contrario de lo que defiende Vox, el liberalismo. Ellos mismos se contradicen.
Respecto a la bajada de impuestos, está claro que a las empresas no se les puede ahogar con los impuestos, pero tampoco se puede hacer una bajada radical de los mismos, porque eso generará un desequilibrio presupuestario y un aumento del déficit que ya es enorme.
Detrás del anuncio de la bajada radical de impuestos se esconde la intención del desmantelamiento del estado del bienestar, y eso no sólo afecta a las ayudas para extranjeros, también, pensiones, sanidad, educación, desempleo, dependencia, etc.
Respecto al independentismo, abogan por la ilegalización de los partidos independentistas. Demostrado queda, que la ilegalización de Herri Batasuna, sólo supuso barrer el problema debajo de la alfombra, y como se dice en el mundo de la limpieza, limpiar es mover la mierda de un lugar a otro, nunca eliminarla.
Con la ilegalización, Herri Batasuna, se adaptó perfectamente, mimetizándose hasta cambiar su forma de actuar con los mismos objetivos de siempre, estando más viva que nunca. Lo mismo ocurrirá con los partidos independentistas catalanes, legales o no, el problema siempre estará ahí.