Frases como “que si la pirámide poblacional está invertida”, “que si no fomentamos la natalidad”, “que si indexar las pensiones al IPC es insostenible”, “que si aumentamos la deuda las pensiones correrán grave peligro” han recorrido los pasillos del congreso diariamente. Todo esto mientras seguíamos sin abordar el principal factor que provoca una sostenibilidad, duradera si cabe, verdadera de las pensiones y del gasto público.

Como he dicho, seguimos abordando y parcheando aspectos tan relevantes con las pensiones, sin embargo, como decimos en el párrafo anterior, el mayor condicionante de las pensiones, el empleo, lo dejamos de lado, así como el sistema laboral, mientras seguimos discutiendo si tenemos que modificar la tasa de remplazo o recortar las pensiones en un mayor o menor porcentaje para hacerlas sostenibles de cara al futuro.

Señores, la única forma de mantener las pensiones, y así lo dijo Daniel Lacalle –aunque muchos burdos mentirosos utilicen unas tergiversadas declaraciones para desacreditar en plena campaña- es generando empleo desde la empresa privada. Las pensiones no es más que una retribución salarial que los ancianos cotizantes reciben por su vida cotizada, abasteciéndose estas retribuciones de las cotizaciones sociales de los ciudadanos que, actualmente, se encuentran en activo.

Por ende, si el número de contrataciones decrece y la tasa de desempleo va en aumento, la insostenibilidad de las pensiones es la consecuencia de ello. Por ello, seguir discutiendo el tema de las pensiones sin introducir en el propio discurso la rigidez del sistema laboral y la dificultad que supone la contratación en el país, ya sea por las exigencias fiscales o la penosa burocracia que posee el país, es un grave error.

Las empresas son las generadoras de empleo. El actual presidente del país, Pedro Sánchez, habla continuamente de sostener las pensiones y, para más inri, incrementarlas indexándolas a macromagnitudes como el IPC. Como siempre, este populismo social, sobre el papel, es muy rentable, sin embargo, en el mismo discurso, el propio Presidente y su corte de Ministros incluyen esa ansiada reforma fiscal para seguir confiscando al empresario español.

Para el Gobierno socialista, la única viabilidad del país a futuro parte de una reforma fiscal en la que se incrementen, de una forma masiva, todos los impuestos a las empresas y a los grandes patrimonios, incluyendo también a la digitalización. Una reforma fiscal que ya podemos ver el efecto que esto genera en las empresas, pues ante más dificultades para contratar, la empresa paraliza sus proyectos en materia de contratación y el empleo deja de crecer.

Ante unas políticas que atacan directamente a la contratación en el país, Pedro, ¿cómo pretende usted hacer sostenible el sistema de pensiones del país? Aquí viene la política estrella del Presidente del Gobierno; atentos, pues merece la pena. 

Ya que no incentivamos la contratación desde el sector privado para aumentar la contratación en España y, con ello, aumentar la actividad económica, los cotizantes y garantizar la sostenibilidad de las pensiones; el Presidente del Gobierno propone, como ha ocurrido en otras etapas, aumentar el gasto público para emplear a la población con empleo público, consiguiendo con ello la compensación en la contratación que decae desde el sector privado.

Ahora el problema no está en las pensiones, como es obvio. Ahora el problema lo tienes si paramos a visualizar los Presupuestos Generales del Estado y la deuda que posee el país, la cual se eleva por minutos y ya asciende por encima del 97% del PIB. Una deuda que, desde Bruselas, ya han penalizado y castigado, monetariamente hablando, pues no soporta las exigencias de los pactos de estabilidad económica que rigen el déficit de todos los países integrantes de la Unión Europea.

Ante esto, de seguir incrementando su deuda, a largo plazo los efectos son completamente desastrosos, pues, tarde o temprano, el país deberá reducir su deuda y prescindir de ese empleo que, ficticiamente, creó a base de estimular el empleo artificialmente. Con esto, como podemos imaginar, volveremos a incurrir en una desaceleración económica, un aumento del desempleo y, con ello, nuevamente tendremos dificultades para hacer frente a las pensiones.

En definitiva, este bucle que plantea el Gobierno socialista, el cual no tiene ni pies ni cabeza, hablando coloquialmente, es un completo error para el país. No debemos olvidar que los países que más crecen son aquellos donde el principal generador de empleo es la propia empresa, el propio tejido empresarial del país, y no aquellos que estimulan la creación de empleo a base de anabolizantes de gasto público.

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