EURABIA

A la memoria de Oriana Fallaci que escribió: "Al igual que los bárbaros acabaron con el Imperio Romano desde dentro, así los hijos del Islam, utilizando el vientre de sus mujeres, colonizarán y someterán a toda Europa".

Para observar el vientre de los cielos,

en Grecia se inventó la cirugía,

se sajaron sombras, se rasgaron velos,

se quedó sin dioses la astrología.

Contra el ambiguo dolor siempre oculto

bajo máscaras de filantropía,

la calma de un jardín creó Epicuro:

mesura y amistad, placer, filosofía.

Pero pronto tiranos diplodocus,

jurásicos bebés, réplicas de Soros,

parieron un huevo global, nació la ONU,

vestidos de seráficos microbios.

En Europa una plaga de niñeras,

dispuestas al milagro del abdomen,

sufrió otra vez la germánica quimera,

ea, ea, la nana ancilar del nuevo orden.

Ya suenan los albores de otras épocas,

crepúsculos de ayer con otros velos:

habrá huecos locuaces, caracolas,

luces de Media Luna entre los ecos.