¿Quién conoce a Leon Coeur?

Me pregunto quién conoce a Leon Coeur. Estos chicos, componen un conjunto de música magnífico. Sin embargo, basta ver sus suscriptores en cualquier canal de música para comprobar que son muy buenos pero que también son relativamente desconocidos. Son tan buenos que, quien los escucha, desea un triunfo sin miramientos. Las malas lenguas dicen que hasta han llegado a tocar por la calle para ganarse la vida. Cuando alguien como yo se pregunta quién conoce a Leon Coeur y se extraña de que aún les conozca poca gente, se plantea una pregunta más general que, como un eco, llegaría a todos los lugares remotos de un país donde muchas personas trabajan bien y no tienen el debido reconocimiento.

María, mi pareja, me puso “Cigarettes” hará algunos meses. Luego escuché “Ceniza y Alquitrán”, y “Rosie”, y luego “Charlotte”. Pude comprobar que son magníficos. Hemos sabido de ellos por Jaime Soler, el cajón de Guitarricalafuente. Los de Guitarrica ya petan. Hemos ido a todos los conciertos porque los conocemos. Álvaro Lafuente y Jaime Soler empezaron en la playa de Benicassim hará un año y pico, y resulta que en este tiempo se han hecho famosos. María ha amamantado a Jaime en la música desde pequeño, lo que explica que este devolviera a su madre la deuda umbilical de Leon Coeur. Entre Guitarrica y Leon Coeur, nuestros viajes se alimentan de buena música, ilusión y juventud. Si pregunto quién conoce a Guitarrica ya no tengo espacio. Hasta las amigas de las amigas mesetarias de mis hijas en la lejana Palencia los conocen.

Así, también en buena parte del país. Y eso me gusta mucho. Me gusta el reconocimiento del mérito cuando quien lo merece ha luchado por tenerlo, pero no es tan fácil tener tanta suerte.

Hace un año y pico hubiera preguntado en vano quién conoce a Guitarrica. Hay veces que te puedes preguntar toda una vida quién conoce a determinada persona valiosa. Incluso, otras veces, puedes preguntar por personas muy relevantes que han triunfado y de las que no te daría cuenta nadie porque nadie las conoce. ¿Alguien conoce, por ejemplo, a Pedro Sainz de Baranda? No me refiero al antiguo alcalde de Madrid. Pedro es un ingeniero de minas magnífico con el que coincidí interno en segundo de BUP. Corría, creo, el año ochenta u ochenta y uno. Desde los treinta y cinco años tiene la medalla más valiosa a la que un ingeniero civil puede aspirar en Estados Unidos. A los treinta y cinco años, este asturiano había construido el mejor ascensor que se recuerda. A los cuarenta y ocho años, era el director mundial de OTIS. Es el ejecutivo español que más alto ha llegado. En aquellos fríos inviernos de Burgos nos machacaba a bromas en el estudio, abría poco los libros, pero sacaba todo sobresalientes y además era un líder. A pesar de haber liderado la construcción de uno de los mejores ascensores de la historia, pocos sabrían decir quién es.

En este país, se podría instituir la pregunta de quién conoce a Leon Coeur como una letanía inquisitiva de por qué no nos preocupamos mucho por saber de aquellos que hacen lo mejor. Sería algo así como un lamento mantenido, una resignada y melancólica aceptación de una deriva secular empeñada en desterrar el trabajo y la valía a costa incluso de nuestro futuro. Dicen algunos sabios (por ejemplo, Goytisolo o Juan Pedro Quiñonero…) que la expulsión de los judíos supuso no solo una irradiación étnica sino también un apartamiento social de los valores judaicos, es decir, un dejar aparte lo intelectual y el trabajo bien hecho. Si alguien pregunta quien conoce a Leon Coeur debería aclarar a seguido que desde el siglo XVI vivimos sin querer reconocer el mérito ajeno.

Lo cierto es que hay muchos leones con corazón. Los últimos de que tenemos noticia, acaban de ganar un campeonato mundial de básquet para un país cuyo parlamento está paralizado porque los engranajes de la política son demasiado sofisticados para la mediocridad de quien los administra. Nadie conoce a Leon Coeur, pero todo el mundo conoce a cuatro líderes políticos empeñados en escribir muy torcido en los renglones de la historia de España. En el día que yo me pregunto quién demonios conoce a Leon Coeur y pocos me contestarán afirmativamente, me gustaría preguntar, sin obtener respuesta, quien conoce a Pedro Sánchez, a Pablo Casado, a Albert Rivera o a Pablo Iglesias, me gustaría que su recuerdo en la historia de mi país nunca hubiera sido refrendado por los votos.

Desde que expulsamos a los judíos e iniciamos nuestra larga decadencia han pasado muchos siglos, pero aún tengo la corazonada de que un día ninguno de nosotros tengamos que preguntarnos por quién dobla la esperanza. Hoy, en mi corazón, dobla por Leon Coeur, pues he tenido la suerte de escucharlos y saber de ellos lo suficiente como para reconocer que se lo merecen. Búsquenlos. No se arrepentirán.