Ejemplo de Guardia Civil

Un agente de la Guardia Civil.

El viernes pasado me llamó mi amigo, compañero y hermano Antonio Moreno Baena, Guardia Civil con mayúsculas, de los pies a la cabeza. A día de hoy sigue convaleciente de un hecho que ha marcado de por vida su existencia. Es conveniente contar todo para comprender la fortaleza de este enorme ser humano.

El 9 de septiembre se cumplió su tercer cumpleaños. Era el año 2016. Antonio estaba prestando servicio en una patrulla del Seprona -Servicio de Protección de la Naturaleza- cuando vieron a un vehículo parado en la autovía de Granada. Una familia compuesta por el matrimonio y dos hijos pequeños en sus sillitas. Se aproximaron para atender a los ciudadanos y ver si podían echar una mano como cualquier Guardia Civil. Un furgón de caja grande impactó con el retrovisor en la espalda, mientras la aleta y defensa atraparon la pierna de Antonio, arrastrando por el asfalto durante 65 metros: rotura de omóplato, rotura de apófisis de tres vértebras y cinco fracturas entre tibia y peroné de su pierna izquierda.

El jueves acudió a su undécima intervención quirúrgica en la pierna. Una de sus fracturas continúa sin soldar, como si el mismísimo demonio estuviera hurgando en la herida. Anestesia, tornillos y tuercas, grapas y puntos, el bueno de Antonio acude al hospital como si tal cosa, sin miedo, consciente y esperanzado que cada vez sea la última intervención.

Hablamos por teléfono con frecuencia y, aunque parezca raro, él se ríe de las lesiones, mientras a mí se me saltan las lágrimas cuando acabamos de darnos “novedades”:

—Mira cómo tengo la pierna ahora —dice el pie de foto que envía por mensaje.

Antes del accidente, mi amigo comenzó a estudiar, a prepararse y realizó con aprovechamiento el duro curso del Seprona. Véase que es una doble especialidad, se ha de aprender a manejar una potente moto por caminos y montes, además de estudiar la legislación aplicable a la flora y fauna, junto con el código penal, ley de enjuiciamiento criminal y similares.

Fue destinado a su provincia de origen: Granada. Comenzó a prestar servicio allí con una ilusión renovada en el benemérito cuerpo de la Guardia Civil. Ocurrió el accidente en acto de servicio. Los compañeros, mandos, amigos y hermanos apoyamos a Antonio en todo lo que podemos. Nos sentimos orgullosos de tener un héroe vivo entre nosotros. ¿Saben por qué? Porque, a pesar de las consecuencias, todos volveríamos a parar en la carretera para atender a un vehículo averiado, poniendo en juego nuestra vida, presente y futuro en pro del resto de ciudadanos, si la situación lo requiriera.

El pasado día 30 de septiembre se ha publicado su retiro del servicio activo. Las secuelas del accidente tienen incierta o irreversible recuperación, así es la jerga médica. De las psicológicas, no hablo, que igual tendrá más de un “dragón” volando cada noche en su habitación. Un ejemplo del “recuerdo” es la necesidad de conducir un vehículo con sistema automático de cambio de marchas, ya que la pierna izquierda no puede imprimir la fuerza suficiente para impulsar el pedal de embrague.

—He pasado a retiro. Félix, ¿qué se hace estando jubilado con 43 años?

Lo primero que debes hacer, querido amigo, es cuidarte tú e intentar recuperar esa maldita herida física. Eso beneficiará al cuidado de tus hijos. Verás que hay un montón de cosas que puedes hacer por tu familia: llevar a los niños al colegio, hacer la compra, quizá en tu caso preparar la comida, sin prisa, sin pausa, con los descansos y apoyos necesarios, no sea que pierdas la estabilidad y te caigas.

Una vez al año, al menos, si te avisan de la Guardia Civil, puedes ir al cuartel. Por estas fechas del 12 de octubre celebramos la festividad de nuestra patrona, Santísima Virgen del Pilar. Es conveniente conocer cuando son los actos, ya que no siempre son el mismo día, por mor de ciertos temas de agenda de los políticos en las capitales de provincia. No, no te avisan personalmente: esas invitaciones son cursadas al personal ajeno al cuerpo. Es una “batalla” que nos falta de resolver a nivel “interno”.

En tu caso, como en muchos otros, es bueno que vayas y sería cojonudo lo hicieras de uniforme. Eres un ejemplo a seguir por todos nosotros. Recuerda que tu pase a retiro no significa que pierdas tu condición y clase moral de Guardia Civil, sino que dejas de prestar “servicio activo”. Espero algún día luzcas en el pecho la Cruz al Mérito de la Guardia Civil con distintivo Rojo, como has merecido por tu servicio.

En su pierna vemos reflejado el dolor; en ella comprobamos cómo otros nos precedieron y vendrán más a continuar con una labor que este año cumple 175 años. La Guardia Civil puede ser de las mejores instituciones de este hermoso país llamado España. Sus miembros, lo somos.

¡Viva los Guardias Civiles ! ¡Viva la Guardia Civil! ¡Viva el Rey! ¡Viva España!