He tenido la oportunidad de ver en este inicio de año dos series hechas por mujeres, que por su temática y el ámbito generacional por donde deambulan las tramas y sus personajes, comparten bastantes cosas en común. Si a esto añadimos la calidad que atesoran y que ambas se han alzado con diversos premios y reconocimientos, parece más que pertinente hablar de ellas.

Fleabag (Amazon Prime Video) creada, escrita y protagonizada por Phoebe Waller-Bridge, es una serie audaz, entretenida, a veces algo irregular, pero original sobre todo, en algunos ámbitos formales. La protagonista nos muestra su vida, neuras, relaciones familiares, sexuales, etc., rodeada de un hábitat poblado por toda una serie de personajes extraños, inadaptados y paradójicos de los que extrae situaciones que van de lo surrealista a lo cómico sin hacerle ascos a algunas salidas realmente bestias.

Su sello de identidad es que la protagonista se dirige al espectador de forma directa (lo que se llama romper la cuarta pared) para contarnos lo que le pasa por la cabeza en cada una de las situaciones que atraviesa, haciéndonos partícipes y cómplices, como espectadores, de un punto de vista del que el resto de los personajes (menos uno, un cura antológico que aparece en la segunda temporada) son ajenos.

Por el otro lado está la serie española Vida perfecta (Movistar) que al igual que Fleabag está creada, escrita, protagonizada y también dirigida por una mujer, en este caso Leticia Dolera, en mi opinión compone una historia aún más original, aún mejor hilvanada, más pegada a la realidad y que plantea conflictos mas profundos y complejos.

Vida perfecta, a diferencia de Fleabag, encuentra su identidad y sello propios, a través de una historia extrema con un fondo mas audaz, sin necesidad de recurrir a artificio alguno, con la originalidad y sensibilidad de una trama absolutamente improbable y que a priori parecería difícil de ensamblar. Leticia Dolera ha creado un cóctel donde mezcla Sexo en Nueva York con Campeones obteniendo un resultado luminoso, lleno de gracia, talento y momentos desternillantes que se alternan con otros llenos de emoción.

Sin duda estamos ante dos series que merece la pena ver, pero ya les digo, y sin dejarme llevar por patriotismo alguno, que la española Dolera gana a la inglesa Waller-Bridge, haciéndolo ademas en un formato de serie de estructura y tradición anglosajona, que la española ha sabido apropiarse llevándolo a su terreno y convirtiéndolo en algo cercano, original y único, gracias a la historia, pero también al acierto de crear unos personajes dispares, llenos de conflictos, de los que es imposible no encariñarse.

Vida Perfecta es, en resumen una gran serie, como interesante es Fleabag, y si las unimos con Foodie Love (HBO) de Isabel Coixet, componemos un trío que sin duda se encuentran entre las ficciones más frescas y originales de la actualidad.

Véanlas por favor, van a disfrutar.

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