Opinión

Cambio Climático

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El momento de los discursos y las manifestaciones clamando por el cambio climático ya ha pasado, ahora es el tiempo de las acciones individuales. En nuestras manos tenemos el instrumento más poderoso para revertir el cambio climático, este es el Consumo.

Consumir no es un acto neutral, con cada compra que realizamos estamos incidiendo directamente en la naturaleza y en las personas. Por cada área de consumo hemos de interrogarnos; a modo de guía básica podríamos preguntarnos:

Alimentación:

  • ¿Qué tipo de alimentos mayoritariamente compro?
  • ¿Son procesados o fundamentalmente frescos?
  • Si son frescos, ¿de proximidad y ecológicos o de cualquier origen (miles de km, con pesticidas y productos químicos de síntesis)?
  • ¿Qué precios y sueldos perciben productores?

Ropa:

  • ¿Dónde y cómo se produce?
  • ¿Realmente la necesito?
  • ¿Cuáles son los sueldos y condiciones laborales de las personas que lo fabrican y las que proporcionan las materias primas?
  • ¿Cuánto he pagado por ello?

Libros/prensa/cine

  • ¿Pago por ello?
  • ¿Dónde se produce?
  • Si pago por ello, ¿cuáles son las condiciones de los profesionales?

Viajes

  • ¿Realmente necesito y he preparado el viaje o lo he comprado porque el precio era muy barato?
  • ¿Cuáles son las condiciones económicas y laborales de las profesionales que hacen posible el viaje (vuelos, hoteles…)?

En función de las respuestas a estas preguntas tendré conocimiento sobre mis hábitos de consumo y los cambios que he de realizar si quiero ser coherente con mi discurso para frenar/revertir el cambio climático. Aunque algunas cuestiones se refieren más a las condiciones de vida de las personas que asuntos relacionados con el clima, es impensable que si no hay respeto por las personas lo haya por la naturaleza.

Añadir por último, que detrás de cada producto o servicio barato solo hay esclavitud en las personas, destrucción de la naturaleza e ínfima calidad que solo conduce a una regresión. Este hecho solo lo visualizamos cuando afecta directamente a nuestro trabajo/sector, difícilmente lo reconocemos cuando lo provocamos -con nuestro consumo- en otras personas/sectores.

No hay que consumir mucho hay que consumir bien.

Lo que deberíamos solicitar a los gobiernos es un etiquetado claro de cualquier producto y servicio: ¿dónde y cómo se produce?, ingredientes (si aplica).