Opinión

El 'keeping track' y la complacencia vírica

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Italia ha realizado una gestion excelente, de ser el país peor posicionado en Europa por contagios en febrero-marzo 2020, hoy se encuentra entre los menos afectados junto a Alemania. Ha habido organización; estructura ad hoc; expertos, técnicos y médicos; coordinación; determinación para contener el virus y superar el sesgo epidémico descrito por Boccaccio en el Decamerón.

España sigue en cabeza de los países con patente apestada, ahora igual que marzo. Triste estadística y ceñido tormento para corazones exhaustos. Abandonados a su fortuna, como náufragos en una mar que desarbola los palos sentimos vientos víricos enfurecidos que impiden gobernar la embarcación.

Pero... siempre nos quedará la arrogancia para no ver lo que todos en el mundo contemplan con asombro.

No solo es la epidemia, es la imagen de un país que ha confundido lo esencial con lo accesorio, lo inminente con lo remoto.

A fecha 18 de septiembre, el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades, coloca a España con 625.651 contagiados; Francia con 415.481; Reino Unido con 381.614 e Italia con 293.025.

¿Solamente cifras?

La complacencia existe en todas partes pero no en todas las partes se abandonó el «Keeping track», la labor de control de la epidemia para evitar rebrotes.