Manifestación del 8 de marzo de 2018.

Manifestación del 8 de marzo de 2018. Efe

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8 de marzo, Día Internacional de la Mujer

Eva María Sánchez y Anselma Toledano
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El 8 de marzo, declarado oficialmente por la ONU en 1975, se creó para reivindicar la igualdad completa de derechos. Y aún en 2021 hay poco que celebrar, pero mucho que reclamar: el fin de la discriminación, que se erradiquen las diferencias por sexo, que se alcance la igualdad real entre hombres y mujeres.

El 8 de marzo Día de la Mujer, es una jornada para la celebración de todo el colectivo femenino, tengan empleo o no. Durante 24 horas, se reivindica una sociedad igualitaria y se busca que el papel femenino ocupe el nivel que le corresponde en términos de equidad.

El 8 de marzo es el día que nos recuerda lo importantes que son las mujeres durante todos los momentos de nuestra vida. En alianza cívica así lo creemos y así lo reivindicamos.

El 8 de marzo nos recuerda que la igualdad real de mujeres y hombres, debe ser el engranaje central de la sociedad en el intento para resolver las diferencias sociales, económicas, y políticas.

Cada 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, las mujeres elevamos nuestra voz para evidenciar las diferencias de derechos que siguen existiendo entre mujeres y hombres en nuestra sociedad.

Hemos comprobado que da igual el país o nivel económico en el que nos situemos, las diferencias en derechos de igualdad siguen estando y en algunos países, desgraciadamente, cada vez son más amplias.

No podemos dejar que esta sociedad de pasos hacia atrás en materia de igualdad, no nos podemos permitir perder lo conseguido en los últimos lustros. Mucho queda por hacer en términos de empoderamiento y de emancipación.

La grave crisis económica causada por la crisis mundial que estamos padeciendo a causa de la Covid, ha propiciado que muchas mujeres no puedan hacer efectivos, esos anhelos de dedicar su tiempo a lo que les gusta, a crecer como persona, y a desarrollarse profesionalmente. Ahora más que nunca el sistema vuelve a situarlas en el papel que socialmente se les ha impuesto y de nuevo se ven situadas en roles que no consideran justos.

Instamos a la ciudadanía a romper los techos de cristal, los de diamantes y los de cemento, que tanto evidencian el desequilibrio existente entre mujeres y hombres a la hora del acceso a una profesión.

Debemos evidenciar el feminicidio, esa pandemia, a la que estamos sometidas sistemáticamente. La violencia de género es una forma de perpetuar ese sentido de posesión que se tiene hacia las mujeres. Un 35% de las mujeres de todo el mundo ha sufrido violencia física y/o sexual durante una relación de pareja o violencia sexual fuera de su relación de pareja.

Solo hay un camino para el cambio: la educación. Coeducar es la única salida a las evidencias constantes que hay en nuestra sociedad en materia de desigualdad. Nuestros jóvenes no pueden desandar un camino que tantos años y sufrimiento han costado a muchas personas.

Debemos seguir mostrándoles que mujeres y hombres tenemos los mismos derechos y obligaciones, que la historia ha dejado a las mujeres en un segundo plano, cuando la realidad es que hemos tenido un papel primordial.

Ya es tiempo de desterrar imposiciones fundamentadas en una sociedad patriarcal, ya es tiempo de modificar leyes hechas por hombres para legislar a mujeres, ya es tiempo de un cambio de pensamiento generacional.

Tampoco podemos consentir un Ministerio que intente menospreciar y normalizar la figura masculina como maltratadores, machistas o violadores. Eso no es trabajar por una igualdad real y efectiva.

Las mujeres tenemos que tener los mismos derechos que los hombres y seguir superando barreras para alcanzar la igualdad. Nosotras tenemos que luchar por ello y nuestros compañeros también.

No podemos consentir que algunos medios de comunicación criminalicen y discriminen al hombre como altavoces del Ministerio de Igualdad. Los ciudadanos debemos exigir a los medios de comunicación, la eliminación de estereotipos sexistas.

Conseguiremos una igualdad real si solo lo hacemos luchando todos juntos y continuamos avanzando en políticas de conciliación de vida familiar y profesional.
Para terminar rescatamos una frase de la mítica película Mujercitas, basada en la novela que lleva el mismo nombre y escrita por Louisa May Alcott.

"¡Enarbolad la bandera de la igualdad, mujeres! ¡Luchad por vuestros derechos y contad con mi leal colaboración!".

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