Opinión

Qué se juega realmente en Madrid el 4-M

Los candidatos a la presidencia de la Comunidad de Madrid votando.

Los candidatos a la presidencia de la Comunidad de Madrid votando.

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El 4 de Mayo no se celebran solo elecciones en la Comunidad de Madrid, sino que se juega la final de una gran partida “política” dirimida en clave Nacional.

Está en juego, ni más ni menos, que el equilibro de mayorías políticas para la próxima década, con las implicaciones que ello puede tener en unos años de difícil recuperación económica y, sobre todo, de los criterios de reparto de los fondos Europeos.

¿Los fondos Europeos van a ser la base para modernizar nuestra economía o se asignarán de forma discrecional a empresas cercanas al poder? De momento, el decreto aprobado con la abstención de Vox, concede todo el poder al Gobierno sin control externo.

Todo parece indicar que nuestros “valientes” políticos, cercados por balas y navajas, incapaces de mantener una debate sereno, deben lograr grandes pactos de Estado para salir de esta dramática crisis.

La “reunificación” del centro derecha

Lo que vemos hoy comenzó hace más de un año, cuando el PP decidió lanzar una gran operación llamada “reunificación del centro derecha”. Sabían perfectamente que no era posible, porque Vox tenía una base muy fiel del 12%. El objetivo real era destruir a Ciudadanos al precio que fuese. Para ello sondearon a todos los cuadros relevantes de Ciudadanos, contratando nada menos que al ex-secretario de organización, Fran Hervías.

Así, comenzado con las elecciones catalanas, siguiendo con la compra de tránsfugas en Murcia y otros cargos nacionales, comenzó el asalto final que debe culminar el 4-M en Madrid. El objetivo es privar a este país del centro político, haciendo que el votante que un día confió en un mensaje de ideas regeneradoras y progresistas en lo social, como era el de Cs, se vea forzado a votar a un partido conservador como es el PP.

Sin embargo, el Centro tiene una base social mínima de 3 millones de votantes que no se sienten cómodos votando partidos conservadores.

Además, mermar la capacidad de Ciudadanos para ser socio de gobierno del PP implica lanzarse definitivamente en brazos de Vox, como nuevo socio preferente.

Esto arruina definitivamente el pretendido “giro al Centro” de Casado y, en contra de lo que anuncia, le aleja durante años del gobierno nacional. Simplemente, no es posible lograr el consenso suficiente para gobernar España de la mano de la ultraderecha.

La Estrategia de la Izquierda

El negro panorama de la derecha se ve complementado por la decisión estratégica de la izquierda de formar un bloque con el separatismo, tal y como se demostró en la negociación de los Presupuestos Generales del Estado, priorizando a ERC/Bildu frente a Ciudadanos.

Para entender esta incompresible decisión, basta remitirnos a las palabras del propio Gabriel Rufián en el Congreso, dirigidas a Pablo Iglesias: “Si Ciudadanos está en 30 diputados, sobramos nosotros y vosotros”. Esa es la cuestión.

El PSOE, con la oposición de muchos de sus líderes, ha iniciado una alianza estratégica con el separatismo, que le aleja del Centro político aunque el marketing de campaña intente ocultarlo.

Probablemente sea un diseño a largo plazo, ya que el apoyo nacionalista garantiza, numéricamente, años de gobierno del bloque de izquierdas, con un beneficio claro para los intereses separatistas.

La táctica de la polarización

La convocatoria de elecciones el 4-M cogió desprevenidos a Podemos y Vox, pero pronto aparecieron los adoquines en Vallecas, las balas y las navajas para “tensar” el ambiente. Pronto sonaron los altavoces llamando a frenar a fascistas o comunistas.

Pero había que ir un paso más allá. Con tres debates electorales, el ruido se habría apagado, y las incoherencias del mensaje populista habrían saltado a la audiencia, incapaces de justificar con datos lo que “representan realmente los menas” o por qué se debe “limitar el precio del alquiler por ley” cuando ha sido un desastre en toda Europa.

En este contexto, las cartas de unos descerebrados dieron la excusa: Monasterio e Iglesias hicieron su magistral interpretación para dinamitar cualquier posibilidad de más debates.

Lo más grave es que la izquierda “moderada” siguiese su juego y que Ayuso, consciente de su debilidad en el debate, hubiese anunciado con anterioridad su renuncia a asistir. Este es el respeto que merecen los ciudadanos, a los que se priva de incluso de escuchar ideas.

Oportunidad para el Centro

Este escenario crea un enorme espacio vacío en el Centro, vedado para ambos bloques, ¿se puede reclamar el centro de la mano de Vox o de ERC? El marketing político es poderoso, pero no tanto.

Ciudadanos puede y debe actuar como moderador en este panorama, como ya lo ha sido de hecho en la gestión y el día a día de la Comunidad de Madrid. No olvidemos que la Consejería de Economía, responsable del supuesto “milagro madrileño” la gestionó Ciudadanos.

Unos pocos miles de votos van a decidirlo todo: si Ciudadanos queda fuera de Madrid, no desaparecerá, pero quedará fuera de juego para influir durante los años en que se juega nuestro futuro como país.