Eran padres, eran abuelos, eran tíos

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Levantaron nuestra España a base esfuerzo, trabajo, renuncia, silencio, comprensión y sobre todo, evitando una memoria oscura llena de odios y venganzas multicolores.

Lloraban por la noche para que nosotros no sufriéramos.

Lloraban por noche y, amándose, dieron al amanecer esperanza.

Llevaban chepa por ocultar en la misma el carbón de la vía que daría calor a nuestro hogar.

Hablaban poco y su autoridad hizo de nosotros personas cívicas, responsables y libres.

Jamás escondieron su mano al contrario, sino, poco a poco, acabaron tomando "chatos" juntos.

Su memoria era silenciosa. Ellos la rumiaron para que nosotros sólo recibiéramos convivencia.

Todos ellos eran padres... eran abuelos... eran tíos...

¡Señor! ¡Dioses todos!

Perdonad la soberbia de una memoria histórica "asmática", que se ahoga en su ego.

Perdonad el olvido que, egoístamente, hemos regalado a nuestros "hacedores".

Perdonad que les hayamos enviado a las colas del hambre y a la oscuridad del mañana.

Perdonad, también, que seamos capaces de pensar en indultos cuando nos están frotando la cara con una "memoria histórica" llena de oscuros deseos de venganza.