El independentismo catalán se radicaliza porque considera una debilidad los indultos del gobierno central.
Quieren llevar al límite su errado camino melancólico, creyéndose sus propias mentiras con una visión fantasmagórica de la verdadera posición de Cataluña en el mundo.
Buscan aliados que los manipulan a placer para conseguir frenar el avance de España que no dará su brazo a torcer ante quienes buscan su disolución y empobrecimiento.
Los independentistas miran con desprecio a los españoles que en su día emigraron a tierras catalanas y que no fueron bien tratados en muchos casos, y eso deberían tenerlo en cuenta todos aquellos que han decidido convertirse para servir a la burguesía catalana que los utiliza sin pudor.
Están ciegos de orgullo, creyéndose más fuertes de lo que son y equivocándose al infravalorar a España.
No son un movimiento democrático porque atacan a todo aquel que discrepa desde la realidad de los hechos que ellos pretenden cambiar mediante mentiras impuestas con agresiva presión.
España tiene muchos puntos débiles pero también fuertes y es ahí donde logrará vencer a los movimientos independentistas que se victimizan y atribuyen falsas fortalezas.
La actitud independentista verá un fuerte rechazo en Cataluña porque cada vez son más violentos y no tienen más razón de ser que proteger a sus corruptos locales.