El descanso de la modelo

Mayra Sanchinelli.

Mayra Sanchinelli es una “top model” de rango internacional, que frecuenta las pasarelas más importantes del mundo.

Me ha complacido con su foto, no sin antes convencerla de mis fines.

Después de atravesar la espesura de los focos, se ha retirado a un tranquilo jardinillo a respirar hierba por un momento. Tiene que volver a desfilar y por eso nos mira con cierta languidez que realza su belleza.

Yo siempre he dicho que los andares de las modelos, en las pasarelas, son igual que los andares de los avestruces. Caminan como equilibristas sobre un alambre y no como el resto de los mortales que nos movemos descompensados como marineros sobre una proa azotada por el oleaje.

Mayra vive en Guatemala y es de origen italiano. Me ha invitado a pasar por su casa. Cuando desaparezcan los cierres perimetrales, las tétricas mascarillas y el insomne ataque de las jeringuillas, cuando los dioses antojadizos que gobiernan las pandemias duerman un gran silencio emprenderé el camino de la libertad hacia el jardinillo donde la modelo respira el secreto de la hierba.





Larga fue la pasarela,

al fin, un breve descanso,

la modelo sólo anhela

la soledad de los campos.

Lánguido vuelo en sus ojos

que inclina sobre el regazo,

antes hambre de los focos,

ahora al albur de sus brazos.

Liberadas las caderas

del enérgico vaivén,

las manos sueltan sus sedas

en la dulce dejadez.

Entre la luz y la sombra

de su boca medio abierta,

nadie sabe a quién nombra:

el secreto es de la hierba.

Hay semillas en sus labios

con algún grano de sed,

para las abejas son pétalos,

para el poeta, el panel.