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La religión más allá de la materia

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El tiempo es un valor subjetivo en nuestra psiquis, el tiempo es una magnitud física que en la física de Newton se acerca a nuestra percepción mental. Pero el tiempo es un valor universal como magnitud física, una magnitud que está en el universo, fuera de nuestra mente.

Una de las ecuaciones fundamentales de la física es la que relaciona tiempo con velocidad y distancia. Einstein rompió los fundamentos de Newton al describir las ecuaciones de la relatividad que nos indican que el tiempo no es un valor lineal, sino que depende a velocidades cercanas a la luz justamente de la velocidad.

Hay un choque, algo inexplicado por los científicos acerca justamente en donde “colocar” esta magnitud antes del Big Bang, hay científicos que argumentan que simplemente no existía, que en el punto cero, cuando toda la materia del universo estaba condensada en un punto infinitesimal, antes de su explosión no había tiempo. Así el tiempo sucede con el movimiento: con la velocidad que toma la materia en su expansión.

La búsqueda de esa vastedad inmensa, que se vislumbra al mirar el cielo por la noche, ha ocurrido desde nuestros ancestros, poco a poco se ha ido generando conocimiento científico y se ha dado explicación a sus fenómenos, agujeros negros, materia, antimateria, vacío, energía y todos los parámetros que los científicos son capaces de estudiar, con el último hallazgo de las ondas gravitacionales, de las que Einstein hablaba en su teoría. Muchas cosas están por descubrir aún.

Estamos viviendo una carrera espacial, desde China con la construcción de su estación espacial, o la Estación Internacional, en las que verdaderos astronautas viven para experimentar, hasta los viajes espaciales de millonarios, que salen de la órbita donde termina la gravedad de la tierra.

El Ser Humano ha llegado a la luna, ahora el siguiente paso es llagar a marte donde ya robots están estudiando su superficie y atmosfera o la posibilidad de que hubiera agua que es el fundamento necesario para la existencia de la vida.

Las religiones explican el universo y nuestra transcendencia hacia un paraíso de completa felicidad al lado de un Dios creador del todo.

Si el alma son neuronas, fijado en nuestro cerebro como cuerpo orgánico, por otra parte, inseparable del resto del cuerpo, pues somos materia con todos los sistemas que nos conforman, es cada vez más difícil de explicar que exista fuera de la materia universal y por lo tanto que pueda viajar después de la muerte hacia ese paraíso.

En este siglo están surgiendo nuevas religiones, algunas simplistas. Lo cierto es que el Ser Humano negará la ciencia o buscará explicaciones que den sentido a sus creencias religiosas.

¿Qué hay después del universo, de la última mota de materia o energía? La ausencia de vacío y materia. Tal vez ahí residan los paraísos de la religión. En aquella parte a la que la inteligencia es incapaz de llegar, pues somos capaces de entender la existencia, pero no lo que no podemos retener con el intelecto, al igual que no somos capaces de entender el tiempo parado antes de la explosión hacia algo finito. El infinito es una percepción mental, no existe. La ciencia nos dice que todo es finito. El infinito lleva a lo que hay después de la materia o el vacío que tambien se da en el universo y que es inseparable de la materia, donde para los creyentes pueda existir Dios y el paraíso