Azul

El cielo, despejado.

Hoy más que nunca sé que no hay cielo

El cielo azul donde las nubes se calman

El cielo azul de las tormentas

Aquel que deja caer la lluvia

No, en este poema no habrá lágrimas

Ni eternidad

La eternidad de los segundos

La eternidad donde reside el cielo

En los árboles

En las nubes

Pues allí estarán cuando ya nunca más salten en mis ojos

Los pájaros también se irán

El suelo

La poesía hablando de las alas

De los cielos que luchamos por alcanzar

El suelo

Sin el giro de su eternidad

En un cielo plano donde nacen los días

Con el sol y la luna luciendo

Cada mañana, cada noche.

¿Existen las trompetas?

¿Existe la música?

¿Existen los arroyos de agua cristalina?

bajando de las montañas nevadas

¿Existe el rocío cada mañana?

¿Existen los caminos de tierra firme?

¿Existe la luz de las farolas?

¿Existen los trenes sobre vías?

¿Existen los caballos galopando?

¿Existe un águila navegando en el cielo?

De los cielos que luchamos por alcanzar

En lo alto

Desde la tierra firme que no vemos

Donde los arroyos bajan desde la cumbre de las montañas

Para bañarnos en ellos sintiendo el frío del hielo.