Es común el comentario estos días. Si Oltra fuera Ayuso, o cualquier mujer de la órbita de la derecha, arderían los medios de izquierda, con el NO-DO de Ferreras y La Sexta a la cabeza.

Las feministas de postín y propaganda, tipo Montero o Beni, aparecerían rojas de ira en los medios, ante un caso tan denigrante para la mujer como que quien ha de velar por una menor tutelada, abuse de ella, y su expareja en cargo público lo oculte. Y para más inri, desprestigien de una manera tan sucia a la víctima.

Pero para la izquierda el abuso a una mujer sólo es abuso si lo comete la derecha. El machismo y sus soflamas solo son machismo cuando hay voto que rascar. De ahí que Pablo Iglesias siga pontificando tediosamente después de querer “azotar hasta que sangre” a otra mujer, sin que estas supuestas feministas hayan dicho nada, o la fiscal del PSOE, amiga de Villarejo, haya llamado "maricón" a Marlaska, sin que tampoco ese colectivo tan ideologizado haya puesto el grito en cielo.



El caso es que esta cursilada (¡pero qué cursis son!) del "proceso de escucha" que Yolanda Díaz inicia en julio, ya viene con dos imputadas, la susodicha y Colau y de regalo la más que segura imputación de alguno de Más Madrid, por la supuesta malversación y financiación ilegal, aunque la médica y madre, tampoco haya dicho esta corrupción es mía.

De manera que las columnas sobre las que se apoya la futura exministra de Trabajo se tambalean a fuerza de corrupción moral y política. Es el comienzo “de algo maravilloso”, afirmaba ufana Yolanda. Y tanto que sí. Antes de que se constituyan en partido político, o plataforma electoral, o lo que quiera a hacer con su personal y exclusivo proyecto, tiene a la casta, de la peor, trufando los inicios e indicando el camino que seguirán cuando tengan que asumir responsabilidades políticas: no asumir ninguna.



Sumar Imputadas se convertirá en la nueva forma de hacer política de esta vieja izquierda. Consiste en llegar al poder ya imputadas, para que todo el mundo sepa que su estilo de gobierno, en el malhadado caso que lleguen a ello, consistirá en seguir el modelo de corrupción política que el autócrata Sánchez ha impreso en su mandato, ya Correos, ya la fiscal del PSOE, ya el Parlamento, ya el CIS del muy socialista Tezanos... ya no continúo, que la lista de inmoralidad política es larga, como largo el silencio de la izquierda en condenar el abuso a menores.



Yolanda se prepara el terreno pidiendo también opinión a los muy corruptos sindicatos del régimen, UGT Y CCOO, que seguramente aconsejarán, ere que ere, cómo se puede robar y seguir dando lecciones, y cómo no defender los derechos de los trabajadores cuando el Gobierno es de tu cuerda, y te llena las arcas.

Yolanda suma imputadas, a cual más experta en pedir responsabilidades a los demás y no asumir ninguna, en una demostración más que palpable de hasta qué extremos ha llegado la doble moral, la doble vara de medir, la doble jeta de una izquierda que calla ante el abuso y la corrupción propia y se desgañita fingidamente ante la ajena. 



¡Ánimo, Yolanda! ¡Suma imputadas y sigue!

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