Los retrovisores son los ojos de los vehículos…El Campo Visual del conductor es el complemento para una marcha segura.
La vida es el vehículo que a cada uno de nosotros se nos ha regalado.
Los retrovisores son tres esencialmente: la voluntad, la inteligencia y las normas de convivencia.
El campo visual tiene tres aspectos: presente, pasado y futuro.
El regalo de la vida aparece sin pedirlo, sin exigir el lugar y sin desenvolver. Cada uno debe desarrollar sus propios retrovisores mediante un proceso propio en base a sus ilusiones (Voluntad), teniendo la inteligencia como guía individual y construir todo ello respetando la obligada convivencia social.
En este proceso, el lugar, el entorno familiar y social influirán de forma bastante determinante en el desarrollo personal, debiendo ser corregidos según el desarrollo de nuestros propios retrovisores: la voluntad, la inteligencia y las normas de convivencia.
El inicio de la pubertad es, igualmente, el inicio de nuestro yo personal y social. Seremos lo que nos propongamos y con inteligencia desarrollemos; todo ello bajo el entorno de las normas de convivencia.
El inicio de la madurez traerá consigo el campo visual individual. Conoceremos el presente, analizaremos el pasado y procuraremos modular el futuro.
Todo parece sencillo y lo será si existe una educación personal y social equilibrada y objetiva, que abra horizontes y caminos en libertad, que se mantengan según el interés general y que las decisiones políticas queden al margen.