Viendo el otro día un reportaje en la BBC, donde salen de vez en cuando curiosidades, se habló de ondas cerebrales.

Soy ingeniero electrónico y sé lo que son las ondas electromagnéticas y las conexiones en los circuitos con voltajes. Nuestro cerebro es un sistema electroquímico. El reportaje versaba sobre la ética a la hora de tratar las ondas cerebrales, todas aquellas que desde la medicina se sacan del cerebro o con estímulos de voltajes se introducen en el cerebro. Pues bien, el reportaje era revelador. La ética debe de impedir descodificar las ondas. Es decir, llegar al pensamiento o emociones del paciente, así como no estructurar las conexiones neuronales con las corrientes eléctricas que estimulan el cerebro.

Así que nuestro cerebro es un órgano plástico. Este órgano se gesta en el embrión y se nace desde la genética con un sistema predispuesto a existir vivo hasta la muerte con constantes modificaciones bilógicas, como la edad, y externas: la educación y la cultura. Se nace en un tiempo. En un momento de la historia.

Existe una predisposición a ser más conservador o más de izquierdas, no hay nada malo en que la plasticidad del cerebro lleve a una cosa o la otra. Sin duda la familia es un gran determinante en la formación del pensamiento político y social.

La izquierda juega con una gran ventaja, pues en el acervo cultural gozan con el calificativo de la gran verdad. Así que el conservador siempre se predispone ante los axiomas de la izquierda con una cierta timidez. La propia palabra conservador implica una resistencia al cambio de los valores de la moral de la familia en la que se nace.  El propio sistema adaptativo tiende a dejar las cosas sin grandes fluctuaciones, pues en los cambios, se ve riesgo para la propia supervivencia. No podemos nuca olvidar que somos seres biológicos y que la conducta no solo se aprende, sino que viene determinada por la propia genética.

La pregunta es ¿cabe la moral ser introducida en el sistema educativo o no? La moral es cosa que se impregna en el cerebro desde la infancia a través de la educación que no sólo viene determinada por lo que dicen los padres, sino por los propios valores sociales del momento en el que se nace, que llegan desde los dibujos, las películas, lo que se oye aquí o allá.

La moral en el colegio es viable para la izquierda y sin embargo negada por los conservadores. Volvamos al reportaje de la BBC, el pensamiento exterior se traduce en reacciones electroquímicas y modifica las conexiones neuronales, igual que si se aplicasen voltajes y corrientes en el propio cerebro.

Así que la moral en la escuela cambia estas conexiones, aquellos cerebros más plásticos serán más modificables, aquellos cerebros menos plásticos menos. No entro a valorar si es bueno o malo. Si el sistema educativo debe de dar moral, sólo que ésta puede establecerse o no en el cerebro que la recibe.

Actualmente hay un cambio brusco de valores en todos los sentidos, llevados a cabo por el pensamiento político de la izquierda con dos vertientes: un pensamiento más liberal por un lado y por otro hacia planteamientos de prohibición.

Se pretende desde la izquierda salvar el mundo. Que venga la religión o los filósofos o el ateísmo a salvarlo. Es insalvable. No existe paraíso en la tierra. El nuevo ecologismo protege al lobo, los ganaderos a sus ovejas. Así que o muere el lobo o la oveja cuando el lobo se la quiere comer. Pero ambas supervivencias son imposibles.

Vox no admite ningún cambio social ni ningún nuevo valor, y hay que decir que muchos son positivos. Así que Vox no goza de ninguna plasticidad. El sistema cultural independientemente de todo no es un sistema rígido. Ha ido cambiando a lo largo de los siglos. Vox adopta posturas de intransigencia hacia cualquier tipo de modificación de los valores de la extrema derecha y esto es peligroso. Una extrema derecha que no tiene en cuenta a nada diferente rompe el sistema cultural que no es en ningún caso rígido. Pero lo mismo pasa con la extrema izquierda, pues la plasticidad es limitada. 

Hay que decir que se puede ser conservador y aceptar cambios. Siempre de manera más lenta y con más resistencia.

El gran problema es si esta dorada verdad de la izquierda va a llevar a la sociedad a buen puerto o a fracasar. Que cada uno lo juzgue como quiera y así emita su voto.

La libertad no existe desde un punto de vista biológico, pues la plasticidad es limitada. Pero desde la supuesta libertad de la verdad de la izquierda se nos puede, como daño colateral, hacer menos libres. Prisioneros.

No puede apoderase de la libertad sólo la izquierda. Hay muchos valores conservadores per se libres.   

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