Opinión

El 'positivismo'

Fotograma emblemático de Qué bello es vivir.

Fotograma emblemático de Qué bello es vivir.

La verdad, no consigo mirarme en el espejo cada mañana y verme guapo, y me digo la culpa la tiene mi pelo, porque a las arrugas no les doy tanta importancia ni al paso del tiempo. Trato de ser positivo cada día. Es que hay que ser más positivo, me dicen, y claro, me quedo con mis problemas sin contarlos, pues ¿cómo ir en contra de esta corriente del positivismo?

Negar el sufrimiento, de eso se trata. El sufrimiento no tiene cabida en la sociedad del siglo XXI. Hay cientos de libros de autoayuda que te dicen tienes que elevar la autoestima, es un problema de quererte a ti mismo, empieza por ti para querer a los demás. Y uno se queda patidifuso. ¿Cómo se puede elevar la autoestima solito? He llegado a la conclusión que la autoestima depende de los demás.

Leo un libro de autoayuda para salir de mi bache, y me dicen que cambie el pensamiento para ser más positivo. Entonces me vuelvo a mirar en el espejo y acto seguido llamo a la peluquería para cortármelo. Y a la pregunta ¿cómo lo quieres?, no sé bien qué responder del todo. Pero, al final, decido. Y con el pelo así, cuando salgo a la calle, se ha producido el cambio, sí voy a ser positivo. Todo es cuestión de mi pelo.
Mira que pregunto lo del bocadillo, porque a todos nos lo robaban de niño en el colegio, y lo del futbol, eso de que en la rifa no quedaras el último era cosa peliaguda. El problema queda entonces reducido al patio del colegio.

Y de adulto te das cuenta que el dolor existe, se vive con él. La felicidad es un concepto difuso alcanzable en instantes. Queda la felicidad de las películas con final feliz, pero yo siempre me pregunto ¿y después qué?, porque la pareja se casa y se quieren y eso va a ser siempre así. Pero no, ahí empieza todo. No es ponerse muy negativo tampoco porque todos deseamos tener un apartamento nuestro donde jugar con la pareja a las cartas, como en el final de la película “el apartamento” pero el cine pone punto y final, y lo cierto es que luego hay que seguir viviendo.

El pensamiento fluye, va, viene, se queda con nosotros un tiempo y ese flujo es poco controlable, lo que sí que se puede hacer es evitar que nos haga daño, pero eso de un pensamiento positivo siempre es imposible. Oscar Wilde ya nos dijo que eso del espejo no funcionaba del todo y que eso de quererse siempre lleva al narcisismo.

Escuché a Saramago decir que pensó que ya lo había escrito todo y no le salían más novelas y un día mirándose al espejo se le ocurrió la novela en la que construía un personaje con el mismo ADN al propio. Y es que eso es imposible pues llevaría nuestra autoestima al carajo pues si ya nos juzgamos viéndonos por dentro, confrontarse a uno mismo nos llenaría de miedo.

Ahora todo consiste en el “aquí y ahora” y en controlar la respiración para relajarse, eso dice el mindfulness. Pero si mi mente va del pasado al futuro, y nunca queda anclada en el presente. Habrá que esforzarse más o hacer yoga para conseguirlo. Bueno hay que decir que un día lo conseguí, pero al salir de casa volví a respirar normal y el positivismo se acabó.

“Tengo el corazón contento”, eso dice el anuncio, porque el positivismo además de negar el sufrimiento niega la muerte.

Y uno como tiene un día positivo lee una novela y ve conflictos y problemas entre los personajes y es que no se puede escribir nada sin un conflicto. En la literatura esta palabra del siglo XXI no existe. Pío Baroja, en su novela El árbol de la ciencia acaba con la muerte cuando todo ya iba bien del personaje que no quería ser médico y lo consiguió al final escribiendo y encontrando el amor, pero la muerte vino súbita y acabó llevándoselo al otro mundo. Es el árbol de la vida. Pero la literatura tiene algo de trágico y uno con los finales que acaban mal siente cierto alivio de que la realidad no sea tan dura y se carga de positivismo. Porque en el fondo todos dejamos huella como nos dice la película Qué bello es vivir en una navidad llena de esperanza. O la música del héroe Indiana Jones, que lleva a la superación de los problemas a través de la lucha. Todos en la vida somos héroes. Ya habla de esto Pio Baroja en La lucha por la vida. Luchemos.