Leo últimamente, noticias relacionadas con el estallido de la burbuja tecnológica, debido, principalmente a las derivadas de los despidos masivos, de gigantes tecnológicos cómo Meta y Twitter, que en las últimas semanas han anunciado 20.000 recortes en el número de trabajadores.
En el caso de Meta (Facebook, WhatsApp, Instagram) vienen precedidos de un recorte del 52% de sus beneficios.
Sobre todo, por su apuesta por el Metaverso, en la que sólo el año pasado esta sección reportó pérdidas de más de 10.000 millones de dólares.
Quizá una tecnología todavía muy novedosa y con poco retorno de beneficios, de momento.
En el caso de Twitter, después de la llegada de Elon Musk, que desembolsó 44.000 millones de euros, que ha recortado en 7.500 la plantilla, debido, a las pérdidas de la compañía, que estiman algunos analistas en 4 millones de dólares al día. Con lo que está tratando de reflotar a la compañía y actualizar su modelo de negocio.
Sumado a estas noticias, se sumó la bancarrota de la plataforma de cambio de criptomonedas FTX.
Estas crisis, cómo en todos los sectores, está afectando a las tecnológicas, que están recomponiendo sus modelos de negocio, después de que hayan vivido una época dorada durante el tiempo de pandemia, gracias al teletrabajo y la apuesta de las empresas por la digitalización.
Pero sin duda, las tecnológicas seguirán teniendo un papel predominante en nuestra economía y en nuestras vidas.