Vuelve Galapagar

Carteles electorales de Isabel Díaz Ayuso en Galapagar. Esteban Palazuelos

A lo largo de esta última legislatura he visto cómo en Galapagar se cerraba el teatro, se cerraba la piscina cubierta, se cerraba la escuela de idiomas, como se queman contenedores, se pintan las calles en distintos colores, gastando dinero de los galapagueños, sin tener previamente aprobado en pleno la ordenanza que lo regula, he visto en redes sociales a concejales enfrentarse a vecinos… y no, no es ese el Galapagar al que me vine a vivir.



Por ello, cuando Carla Greciano me llamó para ofrecerme acompañarla en la lista electoral del Partido Popular al Ayuntamiento de Galapagar, me vino a la cabeza esa viñeta en la que Mafalda se encuentra con Miguelito sentado en la acera, sin hacer nada, y le pregunta: "¿Qué haces ahí sentado, Miguelito?" A lo que Miguelito responde: "Nada, estoy aquí sentado esperando que la vida me dé algo". Yo podría haberle contestado a Carla que no, que iba a seguir como Miguelito esperando que la vida solucionara los problemas de Galapagar, o decirle sí y ayudar, con ganas, a que vuelva Galapagar para mejorar la vida de mis vecinos, de mis compañeros de municipio.



Así que le dije que sí. El número 13 es un número que me ha perseguido a lo largo de mi vida en múltiples ocasiones. Por ejemplo, es el día que nació mi sobrino. Me gusta el número 13. Gracias Carla por contar conmigo en ese puesto número 13 de tu lista, sabes que cuentas conmigo para trabajar y llevar, por lo menos, a 11 personas comprometidas, valientes y con ganas de Gobernar, con mayúsculas, al Ayuntamiento de Galapagar.



Creo, sinceramente, que el Partido Popular, con Carla Greciano a la cabeza, es el único que puede sacar a Galapagar en la situación en la que se encuentra.



Quiero que podamos ir a la piscina cubierta durante todo el año y no tener que desplazarnos a otros municipios para nadar por placer, por mejorar problemas de espalda, por llevar a los niños a aprender a nadar...



Quiero que Galapagar sea el municipio de las familias.



Quiero que podamos ir al teatro.



Quiero que todos los galapagueños que quieran aprender idiomas, no tengan que salir de su municipio para hacerlo.



Quiero una ordenanza de aparcamiento que no me obligue a salir cada 90 minutos a cambiar el coche y que me obligue a aparcarlo a kilómetros de casa (cuando quiero llegar a casa tengo que volver a salir porque ya han pasado los 90 minutos y tengo que volver a cambiarlo de sitio).



No quiero ratas en Galapagar.



No quiero políticos que prometan construir puentes donde no hay río.



Quiero promesas realistas, que se puedan llevar a cabo, porque hay una fuerza más poderosa que el vapor, la electricidad o la energía atómica: la voluntad, y voluntad, proyecto y ganas no le falta a ninguno de los compañeros que acompañamos a Carla en este proyecto.



Fue Margaret Thatcher quien dijo en una ocasión: "En política, si quieres que se diga algo, pídeselo a un hombre. Si quieres que se haga algo, pídeselo a una mujer".



Pues bien, ha llegado el momento de tener en Galapagar una alcaldesa, una mujer que conoce perfectamente el municipio, que ha nacido aquí y que quiere que su hijo recién nacido crezca aquí. Ha llegado el momento de hacer y no de decir. Ha llegado el momento de que vuelva Galapagar. Ha llegado el momento de Carla Greciano.