Cuando miramos al suelo y vemos una piedra, ese objeto de la naturaleza que percibimos con la vista forma una imagen en nuestro cerebro. Sólo hay una imagen, sólamente una. Otro día, caminando, nos paramos en el mismo sitio y, de repente, sucede que hay otra piedra. Al vislumbrar con la vista esta imagen, en nuestro cerebro se forman dos objetos de la naturaleza. De ahí surge la suma.

La matemática es, entonces, una construcción del pensamiento. Así decimos una piedra y luego decimos dos piedras. Ponemos el signo "+" y la suma está definida. Se van definiendo sus propiedades, la conmutativa, la asociativa y todas ellas.

Sin la matemática no se podrían formular las ciencias que explican el mundo exterior. Cuando Newton ve caer la manzana del árbol, deduce la ecuación que explica la relación entre la fuerza, la masa de los cuerpos y la aceleración. Esta fórmula sólo puede existir si la matemática ha definido la multiplicación, que no es más que una suma.

El tiempo lo daban los pastores mirando el cielo, y predecían las tormentas o los días de calor. Ahora hay gráficos y colores en la televisión, que nos ayudan de manera fácil a entenderlo. La predicción del futuro la modelan sistemas estadísticos, La matemática nos dice hacia dónde podemos ir, nos anticipa a lo "que va a ocurrir", por ejemplo, en la economía. Pero yendo mucho más lejos, nos dice a la duración de la tierra, del sol, de nuestra galaxia, y en su extensión, al fin del Universo.

De esta manera la matemática predice el "todo": el inicio y el fin. De ahí radica la importancia de esta lógica, o logos, es decir algo que crea la mente.

Los filósofos griegos, por ejemplo, Pitágoras, pensaban en estos conceptos. Por ejemplo, la relación que encontró este entre los lados de un triángulo, que tanto se ha estudiado en el colegio.

A las matemáticas se las llama también "ciencias exactas", un nombre que nos indica que es una construcción sin fallos ni errores. La matemática puede hasta calcular el hipotético error de los sistemas que también modela. Este error depende de las muestras en los sistemas estocásticos que entran en el modelo y en el propio modelo.

El modelo es clave para determinar cuál va a ser la salida del sistema. Debe de ser adaptativo a la variabilidad de la muestra que se toma. Una moneda tiene dos caras, así, la probabilidad es de 0.5 pero y ¿si tiene tres caras? Eso es lo que falla, la falta de estudio de la muestra. La matemática no falla, interpreta la realidad que le ofrecemos con un margen de error mayor o menor.

Pensemos de nuevo en el tiempo. No siempre luce el sol o llueve al día siguiente de que lo anuncie el programa de televisión. De esta forma la predicción del futuro no es exacta, porque el futuro es incierto. El Universo se acabará en un proceso físico-químico, que los seres humanos no veremos, pues antes nuestra galaxia habrá desaparecido.

Einstein, nos habló del tiempo. En los números cabe el concepto de infinitud. Asimismo, las piedras vistas en orden pueden no tener fin. El tiempo físico podría acabarse, sin embargo, la matemática seguirá perdurando por siempre en su suma infinita. Tal vez también el Universo.

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