Después de más de medio siglo en el poder en Gabón, un país centroafricano, la dinastía Bongo ha llegado a su fin mediante un golpe de Estado. Diversos factores han propiciado que, después del anuncio de los resultados electorales, el ejército gabonés decidiera tomar las riendas del país.



En las últimas elecciones presidenciales, las de 2016, ya hubo revueltas del pueblo gabonés a raíz de la victoria de Ali Bongo frente a Jean Ping por un estrecho margen (5.000 votos) y las denuncias de irregularidades tanto de observadores internacionales como de la oposición. Aunque el país se pacificó y Bongo consiguió mantenerse en el poder las condiciones del país solo han propiciado un aumento de los deseos de cambio de los gaboneses.



Los niveles de desempleo, la alta inflación y la corrupción del segundo país más rico de África han favorecido el aumento del desencanto. Un desencanto que propició que, los gaboneses, quisieran estar presentes durante el recuento electoral y que muchos grabaran los recuentos de las mesas electorales.



Esto se produjo tanto en mesas del interior del país como en embajadas, por ejemplo en la que hay en Marruecos. En la embajada gabonesa en este país el gobierno recurrió a la policía marroquí para reprimir los deseos de sus ciudadanos de seguir el recuento.



A otros ciudadanos gaboneses en el exterior, como a mi mujer, ni siquiera les permitieron su derecho al voto sin ninguna justificación. Se eliminaron las mesas electorales en algunas embajadas o ni siquiera se les envío la documentación electoral.



Un cúmulo de hechos que, ante el hartazgo de la población, podrían haber llevado a una situación peor que la de hace siete años. Esta tensión propició el golpe de Estado del ejército que, no solo ha suspendido las elecciones y anulado los resultados, también ha disuelto las principales instituciones del país y cerrado las fronteras. Un golpe que anuncia promesas de cambio en este país.



La dinastía Bongo ha caído en Gabón. ¿Y ahora qué? Tras la toma del poder por los militares podría haber dos posibilidades: que se convoquen unas elecciones libres, plurales y abiertas que inicien un proceso de democratización del país o que se establezca una nueva dictadura. Por el bien de los gaboneses esperemos que se produzca la primera.

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