Si España te quisiera, habrías ganado las elecciones.

Y no, no las ha ganado, las ha perdido. Estar dispuesto a liquidar el estado democrático que alumbró la Constitución no es responder a la voluntad popular, es arrebatar a la ciudadanía la condición de libertad, de igualdad y de fraternidad para depositarla en un mero ejercicio de voluntad despótica de un presidente sin escrúpulos.

En la primera legislatura de Pedro Sánchez, hemos podido comprobar en numerosas ocasiones como utiliza el poder al margen de cualquier contrapoder. Como el decreto ley podría reinterpretarse como decreto de voluntad presidencial. Hemos comprobado como nos encerraron ilegal e indebidamente. Hemos visto como Venezuela envía dinero en maletines, hemos visto como rescatamos compañías sin interés estratégico, hemos visto como nos endeudamos sin fin, hemos padecido una subida de impuestos sin precedentes. Hemos visto desaparecer delitos de malversación y sedición. Hemos visto como sacan a violadores a la calle. Hemos visto a políticos indultar a otros políticos.

Hemos comprobado, en definitiva, como nuestro sistema democrático es profundamente débil ante la aparición de individuos como Pedro Sánchez.

Nuestro siguiente escenario en la desintegración es que España va a tener que asumir como responsabilidad la lucha contra el golpe de estado de los separatistas catalanes, asumiendo la significación jurídica que conlleva la amnistía.

No es verdad que el gobierno socio separatista haya sido quien ha frenado a Vox. Toda vez que Vox debe su principal razón de existencia precisamente a cada una de las acciones que comete el PSOE que quedan sin respuesta desde el PP.

Es un momento único para que la ciudadanía asuma todas las consecuencias reales de lo que supone vivir en una democracia.

Se acabó la delegación permanente y perpetua sobre el partido político de turno.

Se acabó el desinterés sobre los asuntos de estado.

A partir de ahora, todo el que quiera democracia tendrá que exigirlo en la calle, tendrá que formarse y ejercer de elemento mentor hacia aquellos que tiran más del lema que del argumento. Habrá que recuperar el asociacionismo, político, social y empresarial necesario para ejercer oposición.

Una vez que ya han desaparecido todas las estructuras de contrapoder, como lo era en Tribunal Constitucional, el poder judicial, las cortes y las leyes, solo queda ejercer contrapoder social.

La sociedad que puede alumbrar la supervivencia a Sánchez es la meta y la esperanza que tenemos que grabarnos a fuego para pelear.

Nuestros hijos y nuestras familias dependen de ello.

Colabora con el blog

Forma parte de los contenidos del Blog del Suscriptor
Escribir un artículo