Sánchez y el oráculo de Delfos

Pedro Sánchez y Carles Puigdemont dándose un apretón de manos EFE

Quien no tiene barreras democráticas ni escrúpulos en la utilización destructiva de las reglas democráticas para sobrepasarlas, o que para ganar las elecciones en su partido no duda en "preñar" las urnas de votos, ocultamente detrás de unas cortinas negras, no puede ser dudoso.

Este tipo de autócrata, hedonista del poder autoritario, no duda en colonizar todas las instituciones, priorizando las judiciales, para su gran golpe, la violación de la Constitución de España mediante "Leyes habilitantes" -como en su día Carl Schmitt diseñó para que Hitler hiciese el tránsito de la democracia al nazismo, que luego copio para imponer su dictadura bolivariana Hugo Chávez-, para ofrecer la amnistía a golpistas y después a etarras, y los referéndum inconstitucionales de autodeterminación en Cataluña y Vascongadas.

Al tiempo, ha pergeñado la ley inconstitucional de amnistía en complicidad con la cabeza del Tribunal Constitucional y el prófugo Puigdemont, y ley inconstitucional de referéndum, que lucirá ante la masa refrendado por el Tribunal Constitucional; cual emulo del "dios-rey" persa Jerjes I con el Oráculo de Delfos, al que concedió poder inmenso, riquezas, y todas vírgenes que quisiera el Tcéforo Mayor para que interpretase el Oráculo a su favor. Favor del Oráculo, que siguiendo la tradición y leyes de Esparta, no consiguió el rey espartano Leónidas al no querer someterse a los perversos éforsos del Prostitucional Oráculo.

España ha entrado ya en la recta final de un proceso inconstitucional diseñado para el cambio de una monarquía parlamentaria a una república bolivariana por un puñado de siete votos separatistas, contra la media España que no se resigna a derogar de hecho la Constitución liberal de 1978 mediante "Leyes Habilitantes". Eufemismos, o perífrasis inconstitucionales doblegadas, amoldadas, y certificadas por el Oráculo investido y vestido con su toga manchada de barro y el polvo del camino, impuesto por Pedro Sánchez.

Con sus acciones para la destrucción de la transición española, de la democracia del 78, y de la Corona, Pedro Sánchez Pérez-Castejón y el PSOE, han ido a postrarse sumisamente a la estrategia de ETA-EH Bildu y de todos los nacionalistas-separatistas de España para seguir un rato más en el poder total y certificar una nación de desiguales, una Constitución de cuerpo presente, y lo más importante. Derruir o anular la "Clave" o "piedra angular" de la democrática monarquía parlamentaria que nos dimos los españoles en 1978, que no es otra cosa que la Corona como símbolo de la historia y unidad de España, y a quien ostente sus derechos y obligaciones.

Sin escrúpulos democráticos para su fines y espurios intereses, no ha dudado ese personaje en marcar, estigmatizar, y desautorizar por su independencia democrática en los juicios contra los golpista, a lo héroes democráticos contra el golpe de Estado nacionalcatalanista de octubre de 2017 ("teníamos una crisis política que nunca tuvo que derivar en una judicialización… porque tenía una raíz política").

Empezando por el rey Felipe VI por su discurso del 3 de octubre de 2017 donde proclamó: "España está viviendo momentos muy graves para nuestra vida democrática… por la proclamación, ilegal, de la independencia de Cataluña", lo que ha supuesto "la culminación de un inaceptable intento de apropiación de las instituciones históricas de Cataluña. Esas autoridades, de una manera clara y rotunda, se han situado totalmente al margen del derecho y de la democracia. Han pretendido quebrar la unidad de España y la soberanía nacional".

Y concluyendo con el democrático trabajo de los fiscales, y en particular del fiscal general del Estado, el segoviano don José Manuel Maza por su "querella por la posible comisión de los delitos de rebelión, sedición, malversación y conexos, derivados de los hechos y fundamentos" donde describe, argumenta, y solicita que se juzgue a los dirigentes políticos catalanes, promotores de la declaración unilateral de independencia, entre otros, por el delito de rebelión.

Querella que el juez Marchena, tras ilusionar a los constitucionalistas, travistió tildando lo ocurrido de "ensoñación y quimera", negando y estigmatizando lo descrito y vivido por el rey Felipe VI, y el minucioso relato de don José Manuel Maza (la huida por los tejados de la secretaria judicial, coches de la guardia civil asaltados y vandalizados…), sentenciando que todo fue un sueño, hechos que no fueron, para rebajar la rebelión a delito de sedición; sedición Sánchez eliminó del Código Penal para que el golpe en Cataluña no tuviese consecuencias, y ahora, tras, la ley de amnistía con bendición constitucional, se proclame que el golpe catalanista fue legítimo por ir contra un estado ilegítimo y dictatorial.

Decía don José Manuel Maza: "Yo soy un jurista. Haced vosotros vuestro trabajo. El mío es velar por el prestigio de la Fiscalía y aplicar la ley". El Rey hizo lo suyo. Y el déspota, ilegítimamente, está haciendo lo suyo.