Ningún artista puede a mi entender (pues siempre que se habla de estos temas hay una posición subjetiva) desligarse de la vida. El arte en todas sus expresiones es connatural al ser humano, existe porque existimos, y sólo hubo que descubrir el lenguaje en todas sus formas, igual que pasó con las herramientas para hacer fuego. Es propio de la naturaleza.

Todos los seres humanos somos artistas, porque la sensibilidad forma parte de nosotros. Así lo más pequeño nos puede emocionar o entristecer.

El lenguaje puede enrevesar el fondo hasta lo inagotable, el lenguaje de la poesía de Jane Austen, según Javier Marías, le hacía llegar a conceptos más sensibles que el de la poeta Gloria Fuertes. Pero ella nos descubre a través de un lenguaje sencillo una burbuja de belleza de la realidad. Un lenguaje para el que no hay que ser un experto en literatura. Hay sólo que conectar con la sensibilidad en la sonoridad musical de las palabras, y en el sentir que este lenguaje sencillo, pero potente, es capaz de generar incluso en un niño que ha leído poco.

La poesía de Juan Ramón Jiménez en Platero y yo está cargada de un lirismo fuera de lo común, al leerla uno llega a vibrar. Sin embargo, si el poeta, el artista no llega a todos, entonces se está separado de la vida. En todo lenguaje existe un simbolismo, el lenguaje en la palabra más sencilla genera una imagen, un significado. Pero ¿por qué este simbolismo debe de ser entendido sólo por ojos expertos? Tal vez sea la pretensión del artista de llegar a un fondo complejo, con pocas palabras, pero entonces hay que descifrar, usar el intelecto en exceso para que el artista nos haga sentir.

La poesía no siempre nos cuenta lo bello, a veces también lo hace de una realidad descarnada y dura. Porque en la naturaleza existen ambas cosas. Así el arte nos puede generar malas vibraciones, es decisión de cada cual enfrentarse a ellas o no. 

Siempre me he preguntado si el ser humano crea o descubre, en todo artista hay una huella, cuando esta huella es original surge la creación. La creación de algo que nos llega, basta pensar en Picasso. La originalidad es una expresión del lenguaje artístico, en este caso la pintura, única hasta ese momento, pero no cabe la originalidad en la creación de un nuevo sentir. Sólo propio del artista, habría entonces que descifrar al artista, no su arte y esto carecería de sentido, porque el sentir es universal.

No comprendo por qué algunos poetas usan la metapoesía, hablar de poesía haciendo poesía me parece pretencioso. Ahora se usa la palabra metaverso, no comprendo esta palabra, ni su significado ni para qué se usa. Todos somos artistas, tal vez sea un nuevo lenguaje por aprender. Esperemos que el metaverso no nos desligue de la vida. Del arte.

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