Desde distintos puntos nos bombardean con disfrutar el momento. El viejuno carpe diem, que en su versión 4.0 los postmodernos lo llaman mindfulness, otra invasión lingüística para decir vivir consciente y plenamente el momento presente.
Sin embargo, en nuestra sociedad oligofrénica cada vez vamos más acelerados y quemando etapas antes de llegar a su momento. Así, compramos lotería de Navidad en Semana Santa, los turrones y dulces navideños llegan en las estanterías de las tiendas para el Pilar; y antes de comenzar el Adviento empieza una extraña competición por tener el árbol más grande del mundo, el belén más grande, la iluminación más grande y antes que nadie. Todo un derroche energético, sin cabeza.
De esta fiebre por adelantarnos al momento, no se libra nadie, así en la torre de marfil que es el Palacio de la Moncloa, nuestro docto presidente, ya lleva escritos dos libros ante de convertirse en jarrón chino, como decía Felipe González, aunque la frase original es del democristiano Eduardo Frei, presidente chileno.
Claro que, para no caer en la tentación de copiar, los escribe a cuatro manos con la ayuda de la amanuense Irene Lozano. Nos queda la duda de si esta negra cobra su nómina como asesora presidencial o su pecunio sale del propio Sánchez. El nuevo libro se titula Tierra Firme.
En bastantes librerías lo han colocado del revés. Con el mismo significado de izar la bandera al revés, en señal de rendición al enemigo.
Puede que el Sr. Sánchez haya hollado tierra firme, pero la realidad es que estamos transitando sobre arenas movedizas. Que se lo digan a Cristina Ibarrola, protagonista obligada de una crónica de una moción anunciada.
Nadie esta libre de caer succionado en una ciénaga. El PNV con Andoni Ortuzar teme que Andueza (PSOE) se convierta en el protagonista de un Borgen en Euskadi (Borgen, aclamada serie danesa donde su protagonista alcanza la presidencia pese a ser la tercera fuerza, con la excusa de que el pueblo ha votado cambio). Hecho que el socialista vasco no ha descartado y que tiene el precedente del "marotazo" de 2015 en el ayuntamiento de Vitoria.
Otegi ha decidido replicar en Bildu el esquema de Arzalluz en el PNV, con una bicefalia, dirigente del partido (el propio Otegi) distinto del candidato a lehendakari (Pello Otxandiano). Sin embargo, puede caer también, en un lodazal y perder votos en favor del recién creado partido Euskal Herriko Kontseilu Sozialista (EHKS) tras el cual está la llamada Alternativa Sozialista Antolatu o Movimiento Socialista de Euskal Herria, jóvenes abertzales que consideran que Bildu con Otegi al frente se ha aburguesado.
Ahora, quienes estamos hundidos en arenas movedizas, y la mayoría no se da cuenta somos los habitantes de este territorio llamado España. Mientras el Sr. Sánchez promociona su libro y decide dónde se reunirá con Puigdemont y los mediadores (algunos con opacas conexiones con el salafismo islámico, milicia Ahrar al-Sham, cosas de la llamada "diplomacia privada", ya saben, hay que defender lo público), cuyos servicios no sabemos quién los paga, debido a la transparencia que el progresista PSOE nos vende continuamente.
En esa alardeada transparencia se echa en falta aclaraciones sobre las relaciones con el magnate Soros, sus reuniones con él, con su hijo Alexander y con personal de sus organizaciones, planean demasiadas sospechas sobre el alcance de la influencia en la política española del magnate.
Además, el balance de la presidencia española en Europa ha sido una oportunidad perdida en el empeño de hacer oficial el catalán y el desafinar en política exterior.
El estancamiento económico acecha. El pleno empleo no es tener casi un 12% de paro. Por mucho que nos lo quieran hacer creer. Caen las exportaciones de las grandes empresas por primera vez desde febrero de 2021, el mercado exterior no tira del PIB como en años anteriores.
A esto hay que añadir, el aumento del déficit batiendo continuamente su récord, como el pertiguista Sergie Bubka en sus mejore años. Ya no se puede decir que aumentar el déficit es mantener el estadio de bienestar. Para mantener el Estado de bienestar no basta con gastar más y mal hay que saber administrar. Aumentar la administración no es sinónimo de mejor gestión, de entrada, son más costes. Y su eficacia y eficiencia hay que demostrarlas. El informe Pisa, el aumento de las listas de espera en Sanidad, así como la percepción de un aumento de la inseguridad en las calles demuestran lo contrario. Ni siquiera hemos disminuido la lacra del maltrato y la violencia sobre las mujeres, al contrario, preocupa el aumento de casos entre las personas jóvenes.
Europa quiere saber dónde se están gastando los fondos Next Generation, porque más de la mitad han ido a caer a la administración y no a reactivar e impulsar la economía.
No estamos en Tierra Firme, más bien el barro nos llega hasta las rodillas y seguimos hundiéndonos.