La nueva espiritualidad

'Rave' celebrada en La Peza, Granada. EFE

Me ha dejado de interesar que se use el Falcon para ir a un macroconcierto. Sin embargo, como español seguiré votando, pues estoy dentro de esta tierra, de esta historia, de los campos de Machado, o de la intolerancia de una dictadura que asesinó a Lorca.

En nuestra sociedad ha dejado de tener sentido la casa de Bernarda Alba, porque afortunadamente la mujer ha salido del traje negro y de la verja que las separaba de los hombres. Esto se ha ido consiguiendo poco a poco y es bueno que así haya sido, pero ahora la palabra "iguales" está sólo cargada de derechos, y si somos iguales es porque todos somos seres humanos, porque tenemos alma.

Ayer leí, por fortuna, una cita de Tolstoi en su libro El camino de la vida, una reflexión sobre el cuerpo que nos animaliza y nos deja en la soledad. Pues, como sigue diciendo, la espiritualidad es justamente lo que nos une, lo que nos lleva al amor.

Tengo que decir que no me quiero poner pedante, porque si se habla hoy de esta palabra, uno es un plasta. Así van las cosas, parece que ya sólo nos deben de preocupar las cosas Y es cierto que estas forman parte de la vida, en cada paso, en cada caminata, y hay que llenarlas de sentido, y eso es posible. Pero no llenan nuestra espiritualidad.

Volviendo al Falcon y a los macroconciertos de acampadas que duran días, con sus bebidas alcohólicas y sexo a plena luz del día, de música imparable, en la conexión con la droga, el ruido y el baile, moviendo el cuerpo al límite, "hasta que el cuerpo aguante", se dice.

Entonces se entra en el éxtasis, en la nueva espiritualidad, en el vacío profundo del día siguiente, cuando uno recoge la tienda. Tiendas en las que se compra compulsivamente con teléfonos de última generación que también se usan para hablar, en el que mejor se ven los videos de TikTok. Y resulta que yo, que quiero ser espiritual, me compro un móvil con más resolución que el viejo.

Estamos todos en este árbol de guindas, pero ayer, leyendo por casualidad esta cita de Tolstoi, me he caído del árbol. Y esto me llena. O tal vez me caí hace ya tiempo sin yo saberlo. Y eso me hacía sufrir.