Uno de los estudios de la Filosofía se centra en comprender qué es la realidad. Así Aristóteles en su estudio llega a la conclusión de que la verdad está en la realidad. Se desprende de aquí que la realidad es única, y que se puede buscar y encontrar. Aristóteles es el primer científico, la realidad entonces viene dada por la ciencia. El mundo exterior es exacto y único.

Otro estudio de la Filosofía se centra en el ser, ¿qué es lo qué somos?, según Descartes somos porque pensamos, según Aristóteles la acción es lo que nos hace ser. Así esta diatriba entre acción y pensamiento está presente en la filosofía.

¿Qué es la realidad? ¿Se puede basar en los hechos verdaderos o falsos?, la verdad es modificable, según Spinoza las emociones juegan un papel fundamental en lo que somos. El mundo emocional cada vez gana más presencia en el siglo XXI, se puede decir que la razón o la ilustración está llegando a su fin. Los politólogos estudian que hay dos tipos de votos: el emocional y el racional. Las votaciones en la democracia son cada vez más emocionales.

En la Psicología, que es una ciencia, se define el triángulo de lo que somos, en el vértice superior se encuentra nuestro pensamiento y en los dos vértices inferiores la conducta y las emociones, estas se encuentran en el mismo nivel. Esta interrelación nos mueve constantemente, estos tres ejes son inseparables. Así la razón existe, la acción existe, y las emociones existen, están en constante cambio en nuestro cerebro.

En el siglo XXI el estudio del cerebro es una de las principales preocupaciones de la ciencia, y es en sus investigaciones donde está la cuestión. El cerebro nos engaña. La realidad se percibe a través de los sentidos, pensamos entonces en Hume, y estos tienen una limitación sensorial, es más, estos generan en el cerebro colores que son distintos en las distintas especies. Así es que la percepción del mundo externo no es exacta, es una creación de la mente. 

Esta percepción es distinta en cada ser humano, pues están intrincadas las emociones que esta nos generan, la conducta y el pensamiento. Y al movernos actuamos sobre la propia realidad y la cambiamos. La realidad es moldeable entonces, y la verdad es algo que no existe, pues es propia de cada ser humano.

Pero fijémonos en los hechos, en la consecución de los mismos, esta percepción de lo que ha pasado se puede cambiar en el cerebro, igual que el pensamiento, las emociones y la propia conducta. Y así las acciones, volvamos a Aristóteles pueden cambiar la verdad. Esta pasa a ser otra cosa. Y tiene calado poco a poco en la percepción de los humanos. En estos momentos, hay dos realidades, y por lo tanto dos verdades, que están moviéndonos a todos. Una verdad social dividida desde el 2017. Esos hechos fueron sólo verdaderos a través de las leyes. Si estas se cambian pasan a ser falsos. Nunca entonces habrá un punto de encuentro.

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