Me tomo la licencia de escribir esta carta desde una convicción ideológica. Me afilié y fui militante del PSOE. Primero como concejal y después como parlamentario, serví a la sociedad siendo fiel a mis ideas. Hoy veo con tristeza que gente con buena voluntad sigue atada a un partido secuestrado y al que es urgente rescatar por bien del socialismo democrático y de España.
Compañeros de ideas, lamento la situación a la que os ha llevado Sánchez, de verdad que siento el estado en que os ha sumido. Os ha utilizado a su antojo. Se ha escudado en vosotros para mantenerse, ha malversado vuestro apoyo y lo ha convertido en un acto de ciega obediencia que le ha servido de coartada y argumento de reafirmación personal.
Se presentó en vuestras casas y os dijo lo que queríais escuchar, en eso es un maestro. Sembró la duda, dividió al partido y venció. Os halagó hasta el empalago y creísteis que mandáis vosotros. No es así, aquí manda él y sólo utiliza vuestro respaldo si coincide con sus deseos, en caso contrario sois nada.
Fijaos en lo que le acaba de hacer a la militancia de Aragón, que eligió candidata a las elecciones europeas a una compañera con el 90% de vuestro respaldo. A pesar de eso, impuso a otra compañera que sólo tiene el 2% de apoyo militante. O sea, las bases son soberanas sólo si son fieles.
Os ha robado la libertad de pensamiento, ya se encarga él de pensar por vosotros. Os ha convencido de que una mentira es cambio de opinión, ha conseguido que creáis que sólo él tiene licencia para decir quién es bueno y quién malo, para decir qué es la democracia. Ya no pensáis ni creéis en socialismo, lo hacéis en un culto a su personalidad.
Ya lo advirtió Alfredo Pérez Rubalcaba (¿lo puedo nombrar o también es sospechoso y carca?). Alfredo dijo que acercarse a los malos para convertirlos en buenos tiene el peligro de que sean ellos los que nos conviertan en malos a nosotros. Y eso es lo que ha pasado, o es que ahora integrar en un proyecto de progreso al nacionalismo xenófobo es propio del socialismo democrático.
Se ha incorporado y asumido los postulados comunistas de Pablo Iglesias y Podemos. Se ha empezado a ver como normales y ciertos gestos totalitarios. Se ha dado la llave de decisiones a los enemigos de España. Todo esto lo ha hecho él, y vosotros le creéis y le seguís. Se ha llegado a un extremo en el que se ha olvidado la doctrina, se ha apartado el ideario y se abraza al predicador, piense lo que piense y haga lo que haga. Y, de todo esto y de lo que pueda pasar, vosotros seréis cómplices y él os utilizará como coartada.
Y no os fijéis en los personajes ilustrados de los que se rodea. Ellos están en su puesto de trabajo y les importa un bledo la ideología. La prueba es que todos ellos han dicho y defendido una cosa y su contraria, siempre al compás que marca el jefe.
Me dirijo a vosotros, huérfanos de partido, que, sin daros cuenta, os han vaciado del genuino contenido ideológico y lo han sustituido por objetivos ajenos a lo que os llevó a elegir al PSOE como medio de participación política.
Si analizáis lo que os digo, si pensáis que es mejor tener amigos que enemigos, si deseáis recuperar el sosiego y la serenidad en el trato con los amigos de toda la vida, con los compañeros de trabajo, con los vecinos, con los tertulianos del bar de la esquina; si, en definitiva, queréis acabar con el frentismo y derribar el muro que no habéis contribuido a levantar, entonces, sólo entonces seréis capaces de comprender que no sois coartada de nadie para nada. Entenderéis que sois vosotros los auténticos amos, los poseedores del poder real y no los sumisos que aceptan un poder autoritario. La tolerancia es el respeto a las ideas diferentes a las tuyas.
Durante esos días de supuesta reflexión, se ha provisto de compás, escuadra y cartabón y ha diseñado la "máquina del fango", máquina que de forma sorprendente ya manejan con soltura gentes tan torpes como Bolaños, Montero y otros que se han afanado en tomar un par de clases para adquirir habilidad en el manejo de tan complejo aparato.
Pero Sánchez ha querido dar una clase práctica y, nada más reaparecer, se ha apresurado a decir que Feijóo dijo textualmente que su mujer, Begoña, tenía que quedarse en casa y no trabajar. Eso es mentira, mentira en toda su extensión. Y así ha demostrado Sánchez cómo funciona la endiablada máquina.
El fango no lo genera quienes publican hechos que incomodan, el fango proviene de aquéllos que escriben al dictado de quien les paga las subvenciones.
Para aclarar el lodazal y buscar la verdad sería oportuno hacerle al presidente una pregunta: ¿es verdad que tu mujer, Begoña Gómez, firmó dos cartas de recomendación a una determinada empresa que optaba a ayudas oficiales a través de un concurso público? Esa simple pregunta y su respuesta aclararían totalmente la situación y dejaría al descubierto parte de la estrategia del secretario general y presidente del Gobierno.