Reconozco que no hay ningún personaje como tú capaz de resurgir de las cenizas, de darte forma, de ser seductor de masas, convencer y salir airoso de los que quisieron hasta echarte del partido. Está claro que se vieron con el peligro de ser desplazados y no se equivocaron.
Reconozco tu ser capaz de desplazar a la derecha ganadora y saber reunir las fuerzas suficientes para gobernar. Ya lo tenias en mente al fijarte en el presidente de Portugal, António Costa.
Reconozco que solo te fías de ti y solo decides tú. Como dice Óscar Puente, eres el puto amo.
Creo que Manos Limpias se equivocó al denunciar a tu esposa. Y lo creo porque tu esposa, o sea, Begoña, se ha hecho a sí misma desde hace mucho, quizás antes de conocerte. Solo ver que ha sido capaz de hacer un máster, sobre todo dirigido a rectores de Universidad, lo dice todo. Sabe vender mejor que mucha gente que por muy señora de presidente que sea, si no convence, no vende, y Begoña vende y muy bien. Lo digo porque soy buen vendedor y sé dónde está un buen vendedor.
Pero me preocupa la deuda externa que solo de deuda reconocida pública supera el billón seiscientos mil millones de euros. Sin contar autonomías y sin contar la deuda de los préstamos, no presupuestadas. Me preocupa esa juventud que se va y muchas veces definitivamente, pero es que ahora se van no solo titulados universitarios; se van trabajadores cualificados y cada vez más.
¿Sabes por qué sucede esto? Yo te lo digo. Porque no les llega el sueldo y no pueden vivir en España ya convencidos. Y eso sucede porque estás presionando en exceso a las empresas y no fomentas la creación de los que dan empleo y estabilidad al país. Otro tanto está sucediendo con el verdadero sostén del país que son los 8.000 pueblos que no precisan funcionarios ni Estado. Solo vender sus tomates y naranjas y no tener que tirarlas.