Dice Sánchez en el Congreso que la decisión de reconocer a Palestina como Estado independiente es estar "en el lado bueno de la historia".
Pero ¿qué podemos esperar de Palestina si se constituye como un Estado dependiente?
¿Podremos ver por las calles de Jerusalén a mujeres sin hiyab, a hombres dados de la mano, turismo seguro por sus calles y respeto por los símbolos religiosos de la que es el centro espiritual de muchas religiones, o por el contrario veremos un reflejo de lo que actualmente es la sociedad palestina (regido con mano de hierro por Hamás y sus acólitos), en la que se perpetúen atentados terroristas, violaciones, lapidaciones sobre los gays, destrozo de los símbolos e integrismo islámico?
Pero ¿contra qué se piensan que está luchando exactamente Israel?
¿Cómo puede un jefe de estado de la UE y la OTAN llamar "lado bueno de la historia" a esto?
No hay conjugación posible entre civilización o barbarie, se llame esta como se llame. O se es civilizado, o no. Y la civilización se defiende.
Es lamentable como alguien que no tiene el más mínimo sentido de Estado ni de la trascendencia del mismo, y no que no está interesado lo más mínimo por el devenir de sus ciudadanos ni de su futuro, se atribuya semejantes decisiones en virtud de un cargo para el que no fue electo en primera opción.
Es urgente e indispensable recorrer el camino antagónico, fortalecer al máximo nuestras relaciones con Israel, EEUU, la OTAN y la UE, remando en la dirección de los valores occidentales y defendiendo la libertad, la democracia y la justicia allá donde esté en peligro.