Pedro Sánchez afirmó que las manifestaciones del presidente Javier Milei ofendieron al pueblo español.

El verbo "ofender", conforme la Real Academia Española, es "humillar o herir el amor propio o la dignidad de alguien, o ponerlo en evidencia con palabras o con hechos".

En definitiva, es sentirse humillado o herido en el amor propio o dignidad.

Begoña Gómez, esposa del presidente de España, se encuentra siendo investigada por tráfico de influencias y corrupción de negocios, conforme lo dictaminó el juez español Juan Carlos Peinado.

Previo a ello, el ministro de Transporte y Movilidad Sostenible de España afirmó:

"Yo he visto a Milei en una tele, cuando salió no sé en qué estado, previo a la ingesta o después de la ingesta de qué sustancias".

Ante esas manifestaciones, el presidente Milei no lloró por todos los canales de televisión ante la injuria recibida sin prueba alguna por parte del funcionario del Gobierno español, el cual, dicho sea de paso, al no haberle solicitado el presidente de España su renuncia, tácitamente, avaló esa calumnia.

Tampoco el Dr. Javier Milei utilizó al pueblo que representa para que, haciéndolo parte de todo este entramado bizarro, primario, vulgar y nada feliz, desemboque en una crisis diplomática.

Calladito, llegó a la Argentina y fueron los medios periodísticos quienes se encargaron de replicarlo.

Contrariamente, el presidente del Gobierno Español, se agravió en nombre del pueblo de España, utilizándolo a éste, su pueblo, para hacerlo cómplice de sus desdichas, al sólo efecto de contrarrestar una mera descripción de hechos ciertos y públicamente reconocidos, pero que a él lo perjudican política y personalmente.

Instruyó apartar a la Sra. embajadora de España, una diplomática de nota que enaltecía con su presencia representando a nuestra querida España en Argentina, cesando en sus funciones.

Utilizaré una metáfora para describir la situación:

"Un niño maleducado y agresivo, tiene en jaque a toda el aula. Elige a su víctima, le pega, le hace mobbing, descarga su ira y enojo con los débiles de carácter. Cierto día, se encuentra con un niño quien, ante su previa agresión, se defiende y le pega un trompazo en legítima defensa. Este niño agresivo, llorando, acude a su madre a refugiarse debajo de sus polleras. Luego, la madre de ese hijo agresivo, le solicita al colegio una sanción para ese niño que se defendió en legítima defensa".

Cualquier parecido o similitud con la realidad de lo que sucede diplomáticamente entre Argentina y España respecto de la metáfora enunciada, es una pura y mera coincidencia.

Por último:

Toda cobardía tiene fecha de vencimiento.

Colabora con el blog

Forma parte de los contenidos del Blog del Suscriptor
Escribir un artículo