"Y no me gusta señalar. Y no quiero decir...".
A muchos les sonarán estas frases de nuestro admirado humorista Gila.
De ser un chiste, ha pasado a ser algo siniestramente real, con todo el asunto de la Dana, fundamentalmente en Valencia.
"Mucho sueño para un adulto", y muy poca vergüenza para este Gobierno que no sólo es que no haga nada real, sino que incluso sigue llenándose los bolsillos recaudando el IVA de las donaciones de los españoles. Incluso se permite el lujo de aconsejar a la policía y al ejército que donen para la catástrofe... eso sí, con los impuestos correspondientes. Y con una cuenta titular del Gobierno, claro.
A ver, una posible explicación como ciudadano: se ve que el Estado no tiene dinero para arreglar fundamentalmente nada del calibre que tiene encima.
Apostillo: se ve que lo gasta en otras cosas más urgentes, y claro...
¿Movilizar al Ejército? Dinero extra. ¿Ayudas a fondo perdido? Dinero extra. ¿Exenciones totales de impuestos y donaciones a los afectados? Dinero extra... al final, es el dinero. ¿O no?
Siempre se puede arreglar, por ejemplo con una nueva cuota solidaria (obligatoria, vamos) destinada a pensiones...
Y lo que queda, para seguir siendo solidarios, una vez descubierta la trampa: mejor no doy ideas, que ya las hay.
El Estado engorda para según qué cosas, pero no para una tragedia global como la Dana.
"Hasta que a los 15 días dijo "no puedo más, lo confieso, y se entregó". No caerá esta breva, no...