
Local destrozado por las inundaciones de la DANA. Efe / Miguel Ángel Polo
Existe una paradoja en la política que lleva a problemas irresolubles: los sistemas de poder tienden a priorizar su propia supervivencia sobre la resolución efectiva de los problemas ciudadanos. La dicotomía izquierda-derecha, en lugar de servir al individuo, se ha convertido en una herramienta para perpetuar estructuras y beneficiar intereses espurios.
En España, el PSOE, jugando al gambito de dama, ha demostrado una capacidad notable para mantenerse en el poder pese a su fragilidad, usando alianzas estratégicas con el independentismo (ERC y Junts), la amnistía y pactos con Sumar como piezas de ajedrez para su supervivencia. Mientras tanto, el PP también juega su propio juego, utilizando la polarización con Vox, al igual que éste con el PP, para consolidar su electorado sin ofrecer alternativas reales.
Como resultado, no terminamos de movernos del mismo sitio, volviendo a obviedades ya conocidas y sufridas anteriormente, o incluso a situaciones aún peores...
La gestión de fenómenos como el Covid o la propia de la dana, generando muerte económica, social y real, son paradigmas del fracaso del sistema actual.
En lugar de estar al servicio del ciudadano, el sistema político se ha transformado en una batalla de intereses en la que las soluciones reales quedan relegadas a un segundo plano. La polarización, la manipulación ideológica y la instrumentalización de los problemas perpetúan un sistema donde el individuo es un mero espectador de un juego de poder diseñado para mantener a los mismos actores en escena.
En el fondo, la política ha fagocitado de tal modo a la sociedad civil, que, a la corta en términos históricos, la propia sociedad ha de extirpar el cáncer que la ha invadido, so pena de muerte.
Estas guerras del Hambre llevan tiempo, más o menos soterradas, pero imparables, teniendo lugar: simplemente, todo el proceso se ha acelerado hasta un punto en el que sólo el que no quiere verlo puede negarlo.
Aunque deberá ser un tema de estudios sociológicos serios, si sobrevivimos a esta nueva primavera mundial a lo árabe, ya hay fenómenos que deben acelerarse, en una clara toma de posición personal, pero compartida seguramente por muchos de los que puedan leer esta llamada a la acción, sea cual sea...
En programas como Horizonte, en Cuatro, como un ejemplo más de lo que se está moviendo entre bambalinas, se sintetiza muy bien esta lucha de David contra Goliat, y de como el sentido común, pese a la manipulación a la que está sometido, tiene aún cabida en una sociedad tan anestesiada pero que se resiste al coma profundo.
Esperemos que no sucumbamos a las llamadas de sirena que tenemos alrededor con ese marketing fuera se sitio para perpetuar el más de lo mismo (miseria y pesar, a largo plazo) y consigamos limpiar la podredumbre en la que estamos envueltos.
La Era de Acuario nos aguarda…pero no es gratis: la lucha, ya ha empezado.