Nuestro hijo va camino de cumplir cinco años y tres y medio de diagnóstico. Nosotros somos de los pocos afortunados que obtienen una valoración temprana y realista. Y sin embargo no hemos oído hablar del CERMI en nuestra vida. Nunca. Jamás. Sus siglas se traducen como Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad, aunque en vista de la que se está armando estos señores no pueden llamarse a sí mismos 'representantes' de nadie, porque a nosotros no nos representan, ni 'comité' de nada, porque están ignorando hasta el extremo a aquellos que dicen defender.

La nueva Ley de Educación de la ministra Celaa, según explicó ella misma en el plenario del Congreso, contempla entre sus medidas "incorporar a niños con cierta diversidad funcional" en colegios ordinarios "estableciendo recursos para ello" y ni mucho menos se ha planteado cerrar los centros de educación especial. No tienen "ninguna intención", dijo textualmente. La cuestión es que todos los padres de niños con necesidades tan especiales como es un centro de educación especial han pasado de tener la mosca tras la oreja a tener un cabreo considerable ante lo que el CERMI pretende hacer con sus hijos.

Resumen rápido

Desde el CERMI plantean la hipótesis de que lo ideal para niños con necesidades educativas especiales es la integración plena en colegios ordinarios, que esa es la mejor vía para ellos. Así se lo hicieron saber a la ONU a través de un informe alternativo presentado el pasado agosto de 2018 en el que incluían, "con datos acreditados y fidedignos, el estado estructural y sistémico de las violaciones de derechos humanos que sufren las personas con discapacidad en España" (cita extraída de su propia página web). De esa manera se trajeron a dos técnicos de Naciones Unidas a investigar tal situación y estos presentaron a su vez otro informe que calca los argumentos del CERMI.

Amparándose en ambos informes el proyecto de la Ley Educativa del gobierno del PSOE plantea la posibilidad de cerrar los centros de educación especial y que todos los chicos con necesidades diferentes se integren en centros ordinarios.

No será este blog donde hablemos de las dificultades que esa decisión implicaría tanto por cuestiones económicas como de personal, de medios y estructurales, ni de cuáles serían los procesos académicos y sus exigencias o cómo afectaría eso a los alumnos neurotípicos. Y por supuesto vamos a obviar cualquier referencia al más que probable bullying. Aunque, curiosamente, ninguno de esos problemas es fundamental. Lo importante, lo más importante, aunque muchas veces se nos olvide, son los niños.

Para nuestro hijo, una medida así, hoy por hoy, no sería un problema, sino más bien todo lo contrario. Él se beneficia increíblemente del contacto con niños neurotípicos y cuando ese contacto disminuye tanto nosotros como sus terapeutas apreciamos claramente un retroceso en sus avances, en retraimiento hacia sí mismo que en ocasiones se traduce en silencio y apatía y en otras puede derivar en comportamientos impropios del niño que conocemos habitualmente. Para nosotros, en realidad, sería mucho más que positivo, pero no todos los padres pueden decir lo mismo.

Inclusiva sí, Especial también

En el vídeo que acabáis de ver, el Mago More, padre de un niño con necesidades especiales, explica mucho mejor que nosotros en estas líneas por qué no todos los niños son iguales, por qué no todos los niños tienen las mismas necesidades educativas y, sobre todo, por qué no todos los niños pueden integrarse en un colegio ordinario.

No conocemos a nadie en el CERMI y la (descabellada) medida que pretenden aprobar nos beneficiaría, pero sería de necios pretender decir que todos somos iguales, que todos necesitamos lo mismo y que una profesora ya sobrepasada de trabajo puede asimilar a un niño con parálisis cerebral severa o con la movilidad reducida al 90% o con discapacidad intelectual severa o...

#InclusivaSiEspecialTambien