Enumerar lo peor del año es un ejercicio extraño, inédito. La publicidad de lo malo produce aversión. “Siempre hay que quedarse con el lado positivo”, es el mantra, tan repetido y aburrido, con el que el profesional martillea al aficionado e incluso al periodista. ¿Qué pasa con lo que se queda en el camino de los premios? ¿A dónde van todos los fiascos que engendra una temporada? El toreo ganaría mucho con cierto sentido del humor porque el fracaso es la base de todo comienzo: cualquier novillero tiene asumido que ocurrirá. También hay cosas que directamente se hacen mal. La profesión devora ilusiones a tal velocidad que es imposible reparar en ellas. O casi. Como en la anterior lista, deben faltar cosas porque está hecha a vuelapluma con flashes de la temporada.

Los insultos en la muerte de los toreros

Además del impacto de conocer la muerte de tres toreros en el ruedo, el aficionado ha tenido que aguantar una lluvia de calificaciones, comentarios y deseos indignos cada vez que ha ocurrido una tragedia. Progresivamente, los insultos han ido creciendo hasta alcanzar el punto más lamentable en la muerte de Víctor Barrio. Parece que a muchas de las personas contrarias a lostoros no le ha sentado muy bien comprobar que sí, también, los toros matan. La muerte forma parte del rito. Está asumida. La mala educación, expresada de esa forma, resulta más violenta.

¿Dónde está David Galván?

Después de su seria actuación en marzo en Madrid, cortó una oreja, sólo se le ha vuelto a ver en una plaza importante en… Madrid. Ese día saludó una ovación. David Galván tiene un buen corte de torero y en una temporada configurada para que los jóvenes entraran en los carteles debería haber estado más presente.

Morante de la Puebla

El petardo de Bilbao fue histórico. Totalmente desinhibido de la lidia, no se encontró. La corrida de Alcurrucén no rompió, ni él tampoco, incluida la cuadrilla. Se vio a Lili desbordado. Carretero dio una lección de lidia en los dos toros.

Lo peor ocurrió en Valladolid. Morante de la Puebla entró a matar una segunda vez sin sacar la primera espada. La imagen fue horrible, con el toro muerto en vida. ¿Por qué no se quitó el acero? Expediente X. No cambió con el descabello, tratando de atronar al toro desde el lateral del cuello. La lamentable imagen fue aprovechada por algunos antis. Las cosas hay que hacerlas bien.

Escuchó los tres avisos en Sevilla y en Málaga.

López Simón en Bilbao

Le pudo la presión. Todo señalaba a que su equipo había impedido que se sustituyera la baja de Roca Rey. Revoloteaban algunos nombres. El principal el de Javier Jiménez, que había abierto la Puerta Grande de Las Ventas unos días antes. Al final el cartel quedó en mano a mano y la afición chifló el paseíllo. A López Simón se le había visto en otras ocasiones mecánico, frío, como si la temporada avanzase y el se dejase llevar. Ese día rompió a llorar. Una crisis de ansiedad lo atenazaba. Ver a un hombre descompuesto vestido de luces es la peor imagen. Pasaportó como pudo a su segundo toro y José Garrido se enfrentó al resto de torrestrellas, sobreponiéndose al ambiente extraño: salió disparado como matador de toros.

El 25 aniversario de alternativa de Finito

Lo peor de todo es lo desapercibida que ha pasado esta efeméride. Finito de Córdoba, un torero de toreros, ese grado en el que algunos matadores se convierten en espejo para el resto, no ha podido celebrar como esperaba el aniversario. Se convirtió en matador de toros lanzado por unas formas y un concepto para mandar en el toreo.

La realidad, tantos años después, es diferente: ha sumado seis corridas de toros en todo 2016, lejos de plazas importantes, y la tarde en solitario que afrontaba en Córdoba en mayo, diseñada como acto fundamental de su temporada con toros de diferentes ganaderías, se suspendió por lluvia tras conocerse, cuentan, el estado de las taquillas.

La corrida de Saltillo

“Lacorridadesaltillo”, así, todo junto, sigue siendo la comidilla de los aficionados medio año después. Fue una impresión ver toros medir a los toreros de esa manera, hacer cosas como si alguien los dirigiera por dentro. Mucho peor fue verlos salir de chiqueros, tan poca cosa, tan delgados. Parecían toros de perrera. El 7 se mantuvo impasible ante ese desfile. Sánchez Vara, Alberto Aguilar y José Carlos Venegas pasaron más que un trago. El éxito estuvo en sobrevivir. El cuarto ejemplar, ‘Cazarrata’, recibió banderillas negras y el tercero volvió a los corrales con medio espadazo andando como si nada.

La corrida de Zalduendo en Valladolid

Es verdad que en la selección de lo mejor no hubo apartado de ganaderías dentro de una temporada en la que han sobresalido Victorino Martín, Cuvillo o Antonio Bañuelos en Madrid, entre otras, pero tanto la de Zalduendo como la de Saltillo descrita arriba tocaron fondo. Zalduendo presentó una corrida de toros en la Feria de Valladolid, por decir algo, desigual, alta, anovillada y muy delgada, un auténtico saldo, limpieza de corrales. Hubo toros de auténtica vergüenza, como el último.

La entrada de Bilbao

Fue espeluznante ver algunas de las entradas en la plaza de toros de Vista Alegre. La afición de Bilbao, tan seria y cabal, no ha ido a los toros. La tendencia viene de atrás pero en 2016 se ha consolidado lo peor: es horrible ver los tendidos tan vacíos. Una feria sin rematar con la excusa de los jóvenes y unos precios exagerados han tenido la culpa.