Las plantas trepadoras son una de las opciones más efectivas, fáciles y estéticas para ajardinar ciertos espacios, sobre todo si no disponemos de una extensión demasiado amplia. En una terraza, por ejemplo, son una solución perfecta para contar con presencia de planta verde y de flores y no sentirte como en primera línea de playa intentando colocar la sombrilla. Con tener las macetas en las esquinas te quedará todo el espacio libre. Pero su elección ha de hacerse aplicando ciertos criterios, nada de lanzarse a lo loco, que luego vienen las frustraciones.

Con las plantas de exterior lo primero que hay que tener en cuenta por un lado, es la zona climática en la que vivimos y plantar especies apropiadas a ella. Por mucho que nos guste una Buganvilla, será difícil que prospere en un clima continental donde bajan demasiado las temperaturas en invierno, salvo que optemos por la Bougainvillea glabra, que es la variedad que mejor soporta el frío, aguanta bien hasta los -7ºC siempre que no sean heladas prolongadas durante horas y muy continuas, y no siendo un ejemplar joven.

Bougainvillea Glabra. / www.es.freeimages.com

Y por otro lado, hay que pensar en su ubicación. Si quieres que sea una trepadora con flores, tendrá que estar plantada en un lugar sometido a una exposición soleada, así que si la terraza o jardín están en sombra la mayor parte del día las opciones son más escasas, pero puedes intentarlo con una Hortensia trepadora (Hydrangea petiolaris) que a sol y sombra crecerá perfectamente.

También tienes que pensar en el soporte donde vaya a apoyarse esa planta trepadora, algunas se agarran solas a las paredes y muros como la Parra virgen (Parthenocissus tricuspidata o Ampelopsis veitchii) y tienen una estructura vegetal ligera por lo que puedes plantarlas al lado de cualquier tipo de soporte. Otras en cambio, crecen desarrollando una estructura leñosa que puede alcanzar una considerable envergadura como es el caso de las Glicinias (Wisteria sinensis). Este tipo de trepadoras necesita contar con un soporte resistente, sirven para pérgolas pero no para una valla de alambre sencilla, pues acabaría tirándola y liándotela parda.

Parra Virgen o Ampelopsis. / Pixabay

A la hora de plantarlas, hay que dejar unos 30 centímetros de distancia hasta la pared o celosía para que pueda circular el aire y crezcan bien. Y entre ellas el espacio debería ser de de 2 metros, ya que con el tiempo acabarán cubriendo toda la superficie. En caso de terrazas, un solo ejemplar por cada maceta de 50 cm diámetro y 50 cm de alto como mínimo aproximadamente, recuerda siempre que ¡las plantas crecen!.

Y aquí un truquillo: cuando vayas a elegirlas, observa su base, cuanto más gruesos sean los tallos que salen de la tierra de la maceta, más resistencia tendrá la planta, ésa es la parte que importa, la que te dirá lo crecida que está la planta. A veces se eligen porque se ven más largas unas que otras dentro del mismo precio y tamaño de maceta, pero los crecimientos de primavera no implican madurez de la planta y los ejemplares más jóvenes son también los más vulnerables.

Passiflora. / Pixabay

Y para terminar, permíteme unos detalles y sugerencias para algunas de las trepadoras más comunes además de las mencionadas:

Glicinias (Wisterias), es mejor comprarlas en primavera, cuando las puedes ver en flor, significa que están injertadas y así no te da el soponcio al comprobar que tendrás que esperar quizás seis años a su primera floración. Perfectas para pérgolas y gazebos, pero si es la variedad Grandiflora la pérgola debería tener una altura de 3 metros de altura como mínimo, ya que sus flores en forma de racimo pueden llegar a alcanzar más de 60 centímetros de largo y las tendrías demasiado encima. Te lo digo yo que no soy precisamente pivot de baloncesto. Ya habrás deducido que para maceta como que no, para suelo directo.

Wisteria Glicinia, variedad grandiflora. / Pixabay

Hiedra. Si es de hoja pequeña (Hedera Helix) crecen más despacio que la de hoja grande; por lo que si eres de los impacientes, olvídate o adquiere un ejemplar ya grande, pero en cualquier caso también podrás utilizarlas como cubre-suelos para zonas en pendiente. Perfectas para terraza o jardín e incluso interiores.

Rosales trepadores. Hay variedades que dan varias floraciones al año, con flores grandes o pequeñas, con aroma y sin aroma. Y los hay que solo dan una floración en primavera pero realmente espectacular por lo abundante que es. Plántalos cerca de Lavandas que ayudarán a ahuyentar a uno de sus principales enemigos: los pulgones.

Rosal trepador. / Pixabay

Falso Jazmín. (Trachelospernum jasminoide) Se considera una planta rústica pues es muy resistente, aguanta hasta -14ºC y requiere pocos cuidados. De hojas perennes en verde brillante, su floración en primavera y finales de verano tiene un aroma similar al del jazmín común (Jasminum officinalle) pero menos intenso. Necesita celosía sobre la que enredarse.

Jazmin común. / Pixabay

Madreselva. (Lonícera Spp.De las más utilizadas para cubrir muros por su crecimiento rápido, el agradable aroma de su floración y su facilidad de cuidado y resistencia. Pero si se utiliza sobre una valla de alambrada, deberá podarse a menudo para que no adquiera demasiado grosor y acabe tirando la valla.

Parra Virgen combinada con la hiedra perenne. / Pixabay

Buganvilla. (Bouganvillea) Un truco para hacer que florezcan más: antes de la época de floración someterla a cierto estrés hídrico, reducir su riego hasta que languidezca un poco y luego aplicar un riego abundante, pero no abonarla ni regarla después demasiado, esta planta va asociada a un dicho: “La Buganvilla, cuanto más sufrida, más florida” y parece ser cierto.

Pero hay muchas opciones más: Dama de noche, Plumbago, Bignonias, Passiflora... ¡A enredarse toca!