La familia del mítico presentador José María Íñigo continúa con el proceso judicial que el comunicador inició contra TVE antes de fallecer. Este jueves 21 de enero se celebra la primera cita de este litigio con el que los familiares de José María pretenden que se reconozca como enfermedad profesional el mesotelioma pleural que se le detectó en 2015 y que acabaría con su vida tres años después.
El presentador decidió interponer esta demanda después de poner nombre a su dolencia, un caso raro de tumor que todos los expertos asocian a la intoxicación por amianto. Ahora, la familia de Íñigo pretende que la Seguridad Social les dé la razón para poder continuar con el proceso y pedir responsabilidades a TVE, pues consideran que la exposición del presentador al amianto se produjo durante sus décadas trabajando en los estudios de la cadena pública, muchos de los cuales estaban recubiertos por este peligroso material.
Según ha declarado la abogada de la familia a Vertele, el proceso será largo, pero confía en que finalmente se dé la razón a la parte demandante, pues existe jurisprudencia de dos casos anteriores: un técnico y un electricista de la cadena lograron que se reconociese su enfermedad profesional por intoxicación de amianto.
La defensa de RTVE, por su parte, alegó en un primer momento que, basándose en la vida laboral de José María Íñigo, la exposición a la fibra de amianto podía haberse producido en su experiencia anterior en una empresa de neumáticos. Sin embargo, la abogada de la viuda y de los hijos del presentador desmontó esa tesis asegurando que el período máximo de latencia de la intoxicación por amianto es de 40 años, mientras que el comunicador presentó síntomas más de seis décadas después de aquella experiencia laboral.
Si en esta primera fase se confirma que el presentador sufrió una enfermedad profesional, se deberá determinar quién pagará las indemnizaciones por su muerte, que se estiman alrededor de los 100.000 euros para la viuda y entre 20.000 y 40.000 para los hijos.
Duro golpe
José María Íñigo era uno de los presentadores más reconocidos de la televisión. Su histórica trayectoria había estado vinculada siempre a TVE, donde trabajó hasta sus últimos días. En diciembre de 2015, el comunicador empezó sufrir dificultades respiratorias y, tras realizarle varias pruebas, los médicos le detectaron un mesotelioma pleural.
Pese a que no dejó de trabajar durante su proceso de tratamiento, el presentador no mejoró con la quimioterapia y tuvo que afrontar varios ingresos hospitalarios en poco tiempo. Mientras tanto, puso en conocimiento de TVE que su enfermedad podría deberse a sus trabajos en el Estudio 1 de Prado del Rey, para cuya construcción en 1964 se empleó fibra de amianto como aislante acústico.
Desde la corporación se le indicó que su única vía para el reconocimiento de la enfermedad profesional era interponer una denuncia. Se iniciaba así una batalla judicial que ha durado hasta la fecha y que su familia ha tenido que continuar tras su muerte 5 de mayo de 2018.