Los últimos meses de Anabel Pantoja como colaboradora de Sálvame no han sido fáciles. Y es que la sevillana ha centrado de forma habitual las críticas de sus compañeros de plató, con los que ha tenido numerosos enfrentamientos.
Unas veces, por no querer mojarse sobre la guerra que existe entre Kiko Rivera e Isabel Pantoja, relación que saltó por los aires desde la emisión de los especiales de Cantora: la herencia envenenada. Y es que Anabel siempre argumenta que no quiere meterse en problemas con su familia. "No voy a entrar en una guerra entre madre e hijo porque después la perjudicada soy yo. Y por 600 euros no me merece la pena. No me compensa", llegó a decir el pasado octubre.
Y en otras ocasiones, los compañeros se han burlado de ella, calificándola de vaga. En el programa han expuesto cómo a veces no ha querido entrar por Skype al inicio de la emisión por encontrarse almorzando a las cuatro de la tarde, que a veces hay que llamarla seis y ocho veces antes de que conteste a los redactores, o que incluso dirección tuvo que darle un toque por ser poco participativa.
Sin embargo, ninguna tarde de Anabel en Sálvame había sido tan dura como la de este jueves 21 de enero, en la que fue la absoluta protagonista del programa, encadenando enfrentamiento tras enfrentamiento. Todo empezó con la aparición en plató de Magdalena Clavero, hermana por parte de padre de doña Ana, la madre de Isabel Pantoja, a la cual no puede visitar, según explica.
Magdalena cargó contra Anabel señalando que no se hace cargo de su padre, Bernardo Pantoja, dejándola como una mala hija. "Más vale que le pagues a tu padre que está en una silla de ruedas y vive en un segundo sin ascensor", le atacó, criticando también "las borracheras que te coges".
“De doña tiene usted lo que yo de modelo, que me olvide, no soy nada para usted” gritaba en un momento dado Anabel Pantoja, que tuvo que salir incluso del plató, en un aparente estado de ansiedad y nerviosismo. “Sinvergüenza… Si mi hermana te viera lo que estás haciendo en la tele se moría” le respondía Magdalena. “Que hable lo que le dé la gana, pero que me deje en paz. Deja a mi abuela y a mi padre tranquilos. Manipuladora, oportunista, que te viene muy bien cobrar” atacaba de nuevo Anabel, que explicó que su abuela decidió no tener más contacto con Magdalena hace 17 años.
El enfado de la influencer era evidente, y lo pagó con sus compañeros. Por esta razón, el director del programa, David Valldeperas, le terminó llamando la atención. “Pregúntale si va a prestar atención al móvil o a su compañera”, dijo Valldeperas a Paz Padilla, la presentadora. Anabel entonces se disculpó por todo lo que está viviendo. Pero no quedó ahí la cosa.
Luego Anabel tuvo que verse cara a cara con Belén Esteban, con la que vivió un distanciamiento por un negocio de representación de joyas. “A mí me llaman y me dicen que me va a llamar el jefe de la marca y me dicen: 'que sepas que Anabel ha llamado a alguien del equipo' y que ha dicho que yo le iba a quitar la clientela” explicaba la de San Blas.
Belén admitió tener la culpa de “no llamar a Anabel” y explicó que, para evitar follones, ha borrado las imágenes de las citadas joyas de sus redes sociales y ha explicado que no volverá a trabajar con ellos. “A mí me han mentido en un lío muy gordo y lo que peor me sabe es que yo haya desconfiado de mi amiga”, decía.
Entonces Kiko Hernández quiso saber si Anabel Pantoja actuará igual que Belén Esteban y dejará a un lado el negocio de las joyas que tantos quebraderos de cabeza le ha dado. “Yo tengo un contrato y yo no puedo dejarlo. Tengo una reunión y quiero arreglarlo todo”, decía entonces Anabel.
El tercer gran enfrentamiento de la tarde de lo vivió Anabel Pantoja junto a María Patiño, quien creyó la versión de Belén en el tema de las joyas. “Qué decepción tan enorme me he llevado, una vez más, con la sobrinísima. Es clavada a su tía, absolutamente interesada y mentirosa conmigo” diría Patiño en Socialité.
Este jueves, María reconoció su error y le pidió disculpas a Anabel. “Me creí a Belén, nunca me pude imaginar que un jefe de una empresa pudiese mentir”, admitía. “Me he equivocado, creo que he estado muy poco acertada, no eres merecedora de ninguno de los descalificativos, me siento muy poco orgullosa de mí, siento mucho haberte hecho daño, creo que tengo que ser responsable de mis actos y lo siento de corazón”, añadiendo que es “una compañera que no me gustaría perder”.
A escasos 20 minutos de que el programa terminase se emitió un reportaje en el que se profundizó en la relación de Anabel Pantoja con sus vecinos de Pozo Izquierdo, en Canarias, la cual era muy complicada según determinados medios, que señalaban que su comportamiento era altivo y prepotente.
Sin embargo, Raúl Triguero, reportero del programa señaló que “todo el mundo está encantado con Anabel Pantoja” y que se encuentra completamente integrada en la vida del pueblo insular. Unas palabras que Anabel no esperaba y que le hicieron romper a llorar. “No todo son malas noticias en el día de hoy”, le comentaba Triguero, dándole ánimo en lo que sin duda ha sido su tarde más complicada en el programa.