Serkan está molesto porque Eda le haya organizado una cena de cumpleaños con Pelin. Pero lejos de ser una típica cena romántica y feliz, Serkan exigirá a Selin que le venda sus acciones de la empresa, por las buenas o por las malas.
El arquitecto no estará dispuesto a terminar su cumpleaños con ese mal sabor de boca, y buscará a Eda para pasar una noche perfecta.