La pasada semana, la audiencia de Maestros de la costura protestaba en redes por un cambio en las reglas que hizo que Ancor, uno de los favoritos, se quedase fuera del concurso. Y el quinto programa siguió en la misma línea. Los aprendices debían confeccionar un vestido negro en la primera prueba, pero tras elegir los materiales, la presentadora Raquel Sánchez Silva les hacía intercambiarse los mismos con otro compañero, por lo que tuvieron que improvisar.
Una prueba en la que Lluis fue el mejor valorado, seguido de Fermín; Laura fue la última clasificada, con traje que ni siquiera se le podía colocar al maniquí, y que hizo estallar a María Escoté en reproches.
“Esto es el saco que te pones de pequeña para saltar obstáculos. Te voy a decir una cosa, la magia para los magos. Esto son dos trozos de un lino extrañamente entretelado” criticó la juez del programa. “Esto es una tomadura de pelo, en la quinta semana no estoy dispuesta a pasar por esto”, advertía, mientras Laura solo lograba decir que se había bloqueado. Escoté, incluso, llegó a calificar la prenda del sucesor de “león come gamba”, el conocido plato fallido de MasterChef 3.
La prueba de exteriores se llevó a cabo en el Teatro Real de Madrid, con la diseñadora de vestuario Sandy Powell como invitada, y sirvió para que los aprendices eliminados tuviesen una nueva oportunidad de volver a la competición. Ahí Ancor logró conquistar de nuevo al jurado y fue el elegido para regresar.
“Se nota que tienes referencias, cultura de moda. Todo encaja: la época, la línea, el patrón, la tela, los colores... lo has clavado llevando el vestido a la ambientación de la época” le dijeron los jueces, Palomo Spain, Lorenzo Caprile y María Escoté. Además, le dijeron que su propuesta, confeccionada en solitario, no tenía nada que envidiar a las de los concursantes, que se llevaron a cabo en equipo.
“No puedo estar más contento, no quepo de gozo. El trap me condenó a la expulsión y el glamour y elegancia del teatro me ha devuelto mi esencia y me han dado energía de volver aquí con toda la fuerza para poder darlo todo” admitía emocionado el valenciano, al saber que tenía una nueva oportunidad.
En la prueba de eliminación los concursantes debían dar una nueva vida a un traje fallido que hubiesen realizado durante el concurso. En esa prueba el peor valorado fue Fermín, que regresó así a casa.
Lluís, gran amigo de Fermín, y el mejor valorado en las dos primeras pruebas, dijo entonces que se estaba planteando abandonar el concurso junto a Fermín, ya que había intentado echar a Gabriel y no lo había conseguido.
“Me sabe muy mal y quizá también puedo replantearme irme con Fermín. Yo lo siento mucho, pero la convivencia con Gabriel me es imposible y para estar...”. Raquel Sánchez Silva, la presentadora, tuvo que pararle los pies. “Quiero pensar que impulsivo, no es justo con este programa, ni con tus compañeros, ni con los jueces ni siquiera conmigo” le decía Raquel. Caprile le recordaba que eso no era un concurso de convivencia, sino de costura, y que en la vida real le van a pasar cosas similares a las que se viven en el taller. Finalmente, el catalán continuó en el programa.