Ayer durante Sálvame, Carlota Corredera y Carme Chaparro, dos de las periodistas de Mediaset España más comprometidas con el feminismo, hablaban del síndrome de la impostora, un trastorno psicológico mediante el cual las personas exitosas son incapaces de asimilar sus logros.
"¿Cuánto tiempo tardaste tú en creerte que tú eras presentadora?", le preguntaba Chaparro a Corredera. "Todavía estoy en ello. A veces pienso que va a venir por aquí Paolo (Vasile) y me va a decir que para mi casa", contestaba la gallega. "Nos pasa mucho a las mujeres", añadía la escritora.
Pues bien, sólo unas horas después, esa misma cadena para la que ambas trabajan tomaba una de las decisiones más infames que se podían tomar en el Día Internacional de la Mujer.
En un doble salto mortal con tirabuzón, la cadena ascendía a Alba Lago del informativo matinal al de prime time... pero no mucho. Y es que, para no darle la categoría de copresentadora del informativo y que eso no pudiera afectar al ego de Pedro Piqueras, Alba Lago aparecía en un segundo plano desde un set aparte.
Lo más deplorable es que encima Piqueras dio paso a la periodista para que ésta presentara una pieza sobre unos datos muy llamativos sobre la opinión tan diferente entre hombres y mujeres hacia el camino a la igualdad. Sin palabras.
Quizá ese camino hacia la igualdad se consiga ascendiendo a presentadora titular a una periodista que ha demostrado su gran labor, primero en el matinal y después como sustituta de los grandes rostros, y no haciéndola aparecer puntualmente en pantalla.
Lago no merece sufrir ese síndrome de la impostora del que hablaba Chaparro. La gallega lleva años alcanzando logros, demostrando que se merece estar donde está y ser uno de los principales rostros de los informativos de Mediaset.
En una brillante campaña, Correos proponía ayer un 8M durante todo el año y no ponerse el logo morado sólo durante un día. Que tomen nota en Informativos Telecinco. Lo de ayer no se puede volver a repetir.