Este miércoles, Telecinco estrenaba La Campos móvil, el nuevo formato de María Teresa Campos, y que estaba destinado a frenar el éxito de Pasapalabra. Se emitía pasadas las ocho y media de la tarde, y contaba con Isabel Díaz Ayuso como primera invitada. De forma inesperada, el debut de este programa de entrevistas tenía el morbo añadido de que Ayuso era uno de los personajes del día, después de dimitir y convocar elecciones en la Comunidad de Madrid.
En Sálvame se dedicaron a promocionar el programa al máximo, con un reloj incluso que descontaba los minutos que faltaban para ver a la madre de Terelu Campos y Carmen Borrego entrevistar a la todavía mandataria matritense.
Dentro de esa promoción, Sálvame conectó con una María Teresa Campos muy especial, que saludaba a los viandantes que pasaban por delante de su coche. No era la Campos real, sino una imitación que llevaba a cabo Josep Ferré, que se ha convertido por mérito propio en una de las revelaciones de la temporada de Sálvame.
Ferré clavaba cada gesto de María Teresa Campos, hacía una imitación respetuosa, paródica pero no hiperbólica. Sabe cómo contenerse, da las pinceladas justas para que el espectador se ría, y soltó algunas frases que encajan con la verdadera comunicadora como “si habláis de mis hijas, me voy”.
Desde el plató todos los colaboradores se reían de lo lindo con Josep Ferré. “Qué bueno es”, se escuchaba a alguno comentar por lo bajo. Y es que este imitador no solo clava los personajes, sus gestos y su dicción (como ya hizo con Lydia Lozano, Kiko Hernández, Frigenti o María Patiño), sino que tiene mucha rapidez mental, y un mejor discurso.
En sus emulaciones, Josep Ferré no se queda en chascarrillos y frases hechas. Él comenta la actualidad como cualquiera en el programa. Ayer, su María Teresa opinaba sobre la entrevista de Meghan Markle y el príncipe Harry con toda naturalidad, eso sí, cambiando los nombres de los británicos tal y como le salía de la peluca. En otro momento dado, llamó “gilipollas” a Edmundo Arrocet, en un guiño a cuando la verdadera Campos llamó eso mismo a Vasile, en su etapa en Antena 3.
En un giro muy inteligente, la sosias de María Teresa Campos se enfadó con Kiko Hernández, quien tiempo atrás imitó a la comunicadora malagueña. “Me voy a hablar con Valldeperas, no me gusta que me imite nadie”.
Así, Ferré lanzaba un dardo al propio Kiko Hernández, al que imitó hace quince días, para disgusto del de Gran Hermano. Mientras que Miguel Frigenti, Lydia Lozano o María Patiño se desternillaban con su imitador y le daban pie a ir más allá, Kiko Hernández estuvo visiblemente cabreado.
Llegó a corregir a Ferré diciendo que él no hacía tal o cual gesto (el propio Ferré admitió que había algunas cosas que no las estaba haciendo bien), e intentaba echar por tierra todo el trabajo del actor. Josep Ferré tomó el guante con elegancia, y se la acabó devolviendo a Kiko, demostrando que el que fuese concursante de Gran Hermano no consiente que le traten igual que él trata a otros.
En principio, la participación de Ferré en el programa se justificaba con la búsqueda de Sálvame de gente anónima que se parezca físicamente a alguno de sus colaboradores, que pueda parecer un doble de los mismos.
Concretamente, el programa estaba buscando a gente similar a Kiko Hernández, Chelo García Cortés, Rafa Mora y a Belén Esteban, sin detallar exactamente para qué quieren que se parezca, aunque se intuye que sería para algo cómico.
Sin embargo, Josep Ferré ha hecho que esa búsqueda no tenga sentido. Era su talento el que Sálvame estaba buscando, su capacidad para mimetizarse con cualquiera que se lo proponga. Su llegada al formato de Telecinco, una vez por semana, se ha convertido en un soplo de aire fresco, y a la vez, ayuda al formato a reírse de sí mismo, algo que siempre se agradece.