Hace unos meses analizábamos en este medio como Cuéntame cómo pasó se había convertido por méritos propios en la mejor serie española de la historia, gracias a esa “radiografía perfecta de la España del siglo XX” que ha sido la serie “a través de la visión de la familia Alcántara, de sus problemas, de sus idas y venidas y vivencias".
Era un homenaje y una más que justa manera de reivindicar una serie muy importante de nuestra ficción, a la que los premios ya la hayan dado completamente de lado, lanzado previamente al estreno de su nueva tanda de episodios.
Ahora, tras la emisión de los 8 primeros capítulos de su vigésimoprimera temporada es justo decir que sí, Cuéntame sigue siendo una serie de calidad y uno de los buques insignia de TVE, pero también hay que reconocer que la serie está atravesando un pequeño bache con sus nuevos episodios.
En cuando al cariz que está tomando la historia de la serie en esta temporada, ambientada en 1992, año grande en la historia de nuestro país con la celebración de los Juegos Olímpicos de Barcelona y la EXPO de Sevilla, da la sensación de que hay una preocupante falta de ideas, con algunas tramas muy poco inspiradas y con capítulos en los que no ocurre casi nada destacable.
Es cierto que Cuéntame siempre consigue dar en la tecla en algún momento y ofrecer en sus episodios, sobre todo gracias a un Imanol Arias que como siempre está en estado de gracia, y la Herminia de María Galiana, que juntos nos han regalado algunos de los momentos más divertidos de la temporada.
En la otra cara de la moneda, las idas y venidas de los hijos, Inés y Toni, no están siendo lo suficientemente atractivas como para atrapar a la audiencia. A este último se le ha intentado animar el cotarro con el regreso de la polémica Ana Allen, pero no ha sido suficiente montar una trama minimamente interesante pasada la sorpresa inicial de ver de vuelta a la actriz.
2020 no fue tan buena idea
En lo que respecta al cementadísimo salto al futuro de la serie, en su primer episodio, tal y como analizábamos, ese salto fue prácticamente anecdótico y sólo daba unas pequeñas pinceladas a modo de presentación de los nuevos personajes y sobre todo para tomar conciencia de que el COVID puede llevarse a nuestros seres más queridos.
Sin embargo, la incorporación de la trama de 2020, lejos de aportar frescura a la trayectoria de la temporada, está siendo un hándicap para el ritmo de los capítulos. Estos vistazos al futuro, o más bien a nuestro presente, eran curiosos quizás en los primeros capítulos, ya que ver en una serie tan importante algo que nos ha cambiado la vida a todos era cuanto menos interesante. Finalmente, estos momentos se han quedado un poco en tierra de nadie, sin molestar, pero tampoco sin aportar gran cosa.
Además, algunos detalles de este futuro inventado de los personajes han chocado frontalmente con lo que los guionistas habían escrito sobre ellos en el presente de la serie. Es lo que ocurría recientemente con la historia de amor entre Carlos y Karina, probablemente la más especial de la serie pero que en el futuro se desvelaba que ya no están juntos. Algo que no gustó ni a los de la serie ni a la propia Elena Rivera.
Los datos de audiencia tampoco están siendo nada halagüeños. La temporada arrancó con un correcto 13,5 % de cuota de pantalla y 2.750.000 fieles. Sin embargo, en capítulos posteriores ha perdido la barrera psicológica de los dos millones, hasta anotar mínimo el pasado jueves con un 10% y 1.786.000 espectadores.
Sí hay que destacar que la serie es, en la actualidad, la ficción española más vista de las emitidas en abierto, y que el contexto de la situación actual de La 1 de RTVE es muy diferente. De hecho, la serie supera con creces la media mensual de la cadena, que en febrero anotaba su mínimo histórico.
Además, Cuéntame se ha tenido que enfrentarse en esta temporada a la arriesgada decisión de RTVE de adelantar su prime time, por no hablar de la competencia feroz que tiene enfrente cada semana con el fenómeno de La isla de las Tentaciones.
En cualquier caso, de una temporada a otra la serie ha perdido alrededor de 500.000 seguidores, aunque sí mantiene una privilegiada posición en los primeros puestos de los productos más vistos en diferido, sumando alrededor de 300.000 nuevos espectadores a cada capítulo a lo largo de la semana.
En definitiva, Cuéntame cómo pasó sigue siendo la serie más importante de nuestro panorama de ficción por lo que ha significado, pero ha demostrado no ser infalible y que quizás es hora de plantearse el final de la serie un futuro no tan lejano para evitar que los fans, que no son pocos, se queden con un mal sabor de boca.