A inicios de los años 90, Televisión Española apostó para su franja de mediodía por un programa de humor muy particular: No te rías que es peor. Un formato en el que dos participantes tenían que aguantarse la risa ante los chistes y los números de diversos cómicos y actores.
Por allí pasaron profesionales como Emilio Laguna, Paloma Hurtado, Pedro Reyes, Paco Aguilar o Manolo de Vega. Además, había algunos personajes como el señor Barragán, un mendigo al que interpretaba barcelonés José María Rubio Barragán, o Marianico el Corto, un hombre menudo vestido como un aragonés que se dedica al campo, con camisa blanca, chaleco, faja roja y una inseparable boina.
Tras Marianico el Corto estaba el actor Miguel Ángel Tirado, quien este lunes será el invitado de El hormiguero. Tirado recordará cómo su personaje alcanzaba una fama enorme. En aquella época grabó cintas con chistes, siempre narrados con un marcado acento aragonés, y fue habitual en otros programas como Si lo sé, no vengo, ¡Hola, Raffaella!, ¡Sonría, por favor!, Grand Prix y tantos otros espacios.
Durante el pasado 2020, Miguel Ángel Tirado logró dar un paso al frente como artista, dejando aparcado al personaje del maño que tanta popularidad le hizo ganar. Y es que protagonizó El último show, una producción de Aragón TV que luego pasó a engrosar el catálogo de HBO España.
Compuesta por ocho capítulos, en El último show se mezclan personajes reales y una trama ficticia, y narra cómo un humorista, de cierta edad, se cansa de sí mismo, de sus chistes. Deja de hacerse gracia a sí mismo.
En el currículo de Tirado no faltaban obras de teatro como la comedia musical ‘La Alcaldía... ¡Va Bien!’, ‘Un fantasma en los Monegros’ o ‘Un cubano en la familia’, para el actor fue un reto enfrentarse a ocho guiones en los que él era la estrella protagonista.
Un desafío del que salió muy bien parado, pues crítica y público han aplaudido su trabajo. Además, ha permitido al propio Tirado descubrir otras facetas de sí mismo, como un registro dramático que nunca había visto la luz, quizá porque de él solo se esperaba comedia.