Este miércoles, La isla de las tentaciones se convertía en uno de los temas más comentados de las redes sociales, y no porque Telecinco haya decidido duplicar su emisión. Y es que la Guardia Civil había detenido a uno de sus participantes, Carlos Algora, por presuntamente abusar sexualmente junto a otras dos personas de una estudiante extranjera en el transcurso de una fiesta ilegal en un chalé de Colmenarejo (Madrid).
No hay dudas de que Carlos Algora es uno de los protagonistas de la actual edición. Fue presentado como empresario sevillano de 34 años, y congenió mucho con Lucía. Cuando ella vio que su novio Manuel estaba viviendo una aventura con Fiama se soltó la melena en una fiesta. Se divirtió mucho con Carlos, y él, lanzado, le dio un beso inesperado.
Más tarde, sin embargo, Lucía comenzó a pensar en su chico y terminó en un mar de lágrimas. Esto sirvió a Carlos para fijar un nuevo objetivo y apostar sus cartas de seducción con Lola, quien mordió la manzana. Juntos tuvieron una noche de sexo que fue vista por más de tres millones de espectadores.
De hecho, como se puede ver en Mitele PLUS, el sevillano era uno de los protagonistas de la gala 9 ya que se ve las caras con Diego (James Lover), el novio de Lola, y mantiene con él un enfrentamiento en el que tiene que intervenir Sandra Barneda.
Así, Carlos se había posicionado como uno de los personajes del momento de Telecinco, y en circunstancias normales, podría haber aprovechado este salto a la fama para ir a otros concursos como Supervivientes o La casa fuerte. Sin olvidar los ingresos que podría obtener por publicitar artículos en las redes sociales, o por asistir a eventos.
Los chicos de La isla de las tentaciones son un gran reclamo; de hecho, a finales de febrero, la policía tuvo que disolver una aglomeración de unas treinta personas que fueron al paseo marítimo de A Coruña a ver a Manuel, Jesús y Cristian, participantes de la segunda y tercera edición del reality de Telecinco.
Ese futuro prometedor, sin embargo, ya ha quedado completamente descartado. De una manera tajante, Mediaset España y Cuarzo Producciones han decidido cortar el problema de raíz y han mandado un comunicado a los medios anunciando que borrarán todo rastro del tentador del programa.
Como así reclamaban las redes, un programa de tanto éxito no podía ensalzar la figura de alguien al que se investiga por agresiones sexuales, y que además tiene denunciar por hacerse pasar por un actor porno para conseguir contenido sexual.
Con este paso hacia adelante, Mediaset demuestra que el discurso que tienen en programas como Sálvame con la sección ‘Con M de mujer’ es auténtico, y que no se premia actitudes de abuso como las descritas.
Una vistazo a la televisión internacional
Si echamos un vistazo a la televisión internacional comprobaremos que se pueden tomar muchas medidas. Como por ejemplo, borrar su rastro al máximo de las galas restantes, como se hizo en la temporada 13 de RuPaul’s Drag Race cuando una concursante, Sherry Pie, fue señalada como una acosadora virtual.
En una línea similar a la de Carlos de La isla de las tentaciones, Sherry, de nombre real de nombre real Joey Gugliemelli, habría pasado años haciéndose pasar por una falsa agente de casting llamada Allisson Mossley, y usaba esa identidad para lograr vídeos a sus víctimas, algunos de contenido sexual.
Tras admitir públicamente su culpabilidad, Sherry Pie fue descalificada de la temporada, se cortaba su participación, no se mostraba su desempeño en algunas pruebas, y no participó en la final. Todo lo que se podía con tal de ensalzar a alguien con semejantes valores, para que el público no le cogiese cariño.
En la televisión alemana, el programa Deutschland sucht den Superstar ha borrado al cantante Michael Wendler, juez del programa. Negacionista del coronavirus, el artista llegó a comparar el confinamiento con los campos de concentración, una vez que ya había comenzado a grabar su participación en el show.
Como consecuencia, fue despedido de su papel de jurado tras la primera fase, se recortaron sus intervenciones, y en las que no se pudo recortar, su imagen fue distorsionada hasta quedar convertido en un borrón. Nada.
Los ejemplos podrían seguir. Netflix despidió al protagonista de House of cards, Kevin Spacey, después de que el actor fuese acusado de abuso sexual. La compañía pagó una suma cercana a los 40 millones de dólares por sacarlo de la exitosa ficción.
Amazon hizo algo similar con Jeffrey Tambor, protagonista de Transparent, después de que varias de sus compañeras en el set de rodaje lo señalasen por acoso. La serie finalizó con un capítulo en el que se daba el último adiós a su personaje, la transexual Maura Pfefferman.
Por supuesto, todavía hay que esperar que la justicia diga si Carlos Algora, de La isla de las tentaciones, es culpable o no de los delitos por los que se le investiga. En el caso de que fuese inocente, la cadena siempre podría recular e incluir escenas suyas en los programas subidos a Mitele, en la línea de lo que hizo Netflix con el cameo de Neymar en La casa de papel, que se añadió una vez que se archivó una denuncia que tenía por violación.