La noticia saltaba a mediados de febrero: el consejo supremo de radio y televisión de Turquía (RTÜK) había sancionado a la serie Love is in the air por la emisión de varias escenas con contenido erótico que irían en contra de los códigos morales del país.
Como ya informamos entonces, el organismo regulador impuso una multa administrativa a la cadena FOX TV argumentando que las escenas de masaje, jacuzzi y ducha son "contrarias a la estructura familiar turca".
El capítulo en concreto era el 28 del montaje turco, por lo que aún no se había podido ver en España ya que por entonces en Telecinco se estaba emitiendo el episodio 11 y no hay que olvidar que la cadena de Mediaset divide en tres los capítulos originales.
Pero ese día por fin ha llegado y Mitele PLUS ha subido este lunes el episodio 88 de Love is in the air titulado 'A un paso del altar', que se corresponde precisamente con esas escenas eróticos consideradas contrarias a "las tradiciones de la familia turca".
Teniendo en cuenta que esta semana Telecinco emitirá los episodios 83 y 84 completos, y quizá algunos minutos del 85, todo hace indicar que el polémico episodio 88 no se podrá ver en abierto hasta la próxima semana.
¿Y qué ocurre en estas escenas como para haberse ganado un sanción? En concreto, en la escena que ha dado lugar a esta multa, Eda da un masaje de espalda a Serkan. A continuación, ella se mete en un jacuzzi con él y comienzan a demostrar su amor sin que haya sexo explícito.
El puritanismo de las series turcas
Esta censura, sin embargo, no afecta exclusivamente a la ficción de Telecinco, pues ocurre en la mayoría de producciones exportadas por Turquía, sobre todo aquellas que en su país de origen se emiten en abierto. El motivo no es otro que la severa censura a la que estos productos se ven sometidos por parte del gobierno turco, que filtra exhaustivamente los contenidos de las ficciones a través del Consejo Superior de la Radiotelevisión (RTÜK).
La mencionada institución está formada por nueve miembros escogidos por la Asamblea Nacional. Su labor es la de supervisar las emisiones para censurar o sancionar aquellas que no cumplan con los criterios ideológicos y morales impuestos por el gobierno islamista de Erdogan.
Es por esto que las series turcas carecen de escenas tórridas, pero el sexo no es el único ámbito afectado por el exigente filtro turco: los personajes homosexuales, las drogas, el alcohol o las imágenes excesivamente violentas también son censurados en ese país.